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El consumo ecológico se pone de moda

En Alemania 15% de la población cambia su estilo de vida para reducir el impacto en el ambiente utilizar electrodomésticos ecológicos puede generar ahorros de hasta 6,000 pesos al año.
sáb 25 octubre 2008 06:00 AM
Las personas han tenido que cambiar su forma de vida para as

Cada día más empresas están desarrollando productos y servicios que alivien los problemas de conciencia de los consumidores y aminoren el impacto de sus actividades al ambiente. “Ya prácticamente no hay un producto que no se venda con una aprobación ecológica, los clientes preguntan cada vez más por ellos”, dice Christiane Rathmann, portavoz del Instituto Ecológico de Alemania, que hace estudios de mercado para toda la Unión Europea sobre el uso de productos ecológicos. Hay un área que se ha convertido en el principal objetivo de las empresas: el hogar.

“Los hogares son el segundo lugar de mayor consumo de energía en el mundo y la tercera mayor fuente de emisiones de dióxido de carbono”, dijo hace unos meses Kurt Gutberlet, presidente del área de Electrodomésticos de la empresa BSH Bosch y Siemens. “Si se hace como en España e Italia, donde ya hay programas de uso de electrodomésticos ecológicos, cada hogar en Alemania y el mundo podría ahorrar hasta 400 euros (6,000 pesos) al año”, agregó.

En Europa, esos electrodomésticos aún cuestan el doble que los convencionales. Jan Minx, un alemán de 31 años, acaba de gastar 150 euros en un refrigerador eficiente, pero estima que recuperará su inversión en cinco años de ahorros.

Minx representa a un creciente segmento de consumidores. De acuerdo con el Energy Saving Trust (Fundación para el Ahorro de Energía), 4% de los ciudadanos en todo el mundo está haciendo cambios sustanciales en su vida y su consumo. En 2007, el Instituto del Futuro encontró que ese porcentaje era de 15% en Alemania. Jan se mueve en bicicleta, evita la carne, no compra frutas y verduras traídas de otros países, porque trasladarlas implica un gran consumo de energía. Y desconecta su teléfono fijo por la noche. “Si toda la gente en Alemania desenchufara los aparatos que están en stand-by, se podría prescindir de una planta de carbón”, dice.

La preocupación de muchos europeos como él es cuantificar y reducir su consumo de energía. Y hacerlo se ha vuelto relativamente fácil en esta región. En Alemania uno puede elegir de dónde obtiene la energía y puede optar por fuentes más limpias de generación. En Inglaterra, Holanda, Bélgica y Alemania se comercializan unos medidores que determinan cuántos watts devora cada aparato en un día, cuánto cuesta y qué emisiones provoca ese consumo en CO2.

Los cambios voluntarios como los de Minx son acompañados de medidas de autoridad. La UE recién determinó que en 2009 estará prohibido utilizar lámparas incandescentes. Fue la primera gran medida política que tomó el bloque europeo para reducir emisiones de CO2. Los alemanes ya se adelantaron en esto. Según el Instituto Ecológico de Alemania, las fabricantes ya duplicaron el número de modelos de focos ahorradores (ya son 23) y redujeron su precio casi a la mitad. En este mercado destacan empresas como Osram y Megaman, que ya venden focos que reducen de 14 a 2 euros el gasto anual en energía (de 210 a 30 pesos), versus los tradicionales. “La demanda de focos ahorradores de energía ha aumentado. En Australia son de uso obligatorio y en Europa los incandescentes prácticamente ya no se fabrican”, comenta Nadine Müller, portavoz de Osram. Pero ¿es suficiente con comprar nuevos electrodomésticos y cambiar los focos? Jan Minx reflexiona: “Yo sé que con eso no salvaré la Tierra. Lo importante es que las instituciones y las empresas lo empiezan a subrayar y se reflexione sobre el problema”.

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