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‘Liderar es amar’: Juan Mateo

El escritor español e instructor de altos ejecutivos revela sus claves para la formación de líderes; explica que éste debe ser un gran educador para transmitir el amor y la pasión por algo.
dom 19 julio 2009 06:00 AM
Juan Mateo es fundador de Training Lab e instructor de altos ejecutivos de grandes firmas. (Foto: Ramón Sánchez Belmont)
Juan Mateo (Foto: Ramón Sánchez Belmont)

Un líder es un educador, plantea Juan Mateo, autor del libro Cuentos que mi jefe nunca me contó.

¿Por qué combina las artes escénicas con la formación de líderes?
La labor de todo líder es facilitar el camino al máximo. Yo creo en el esfuerzo lúdico, que parecen palabras contradictorias. Te puedes divertir mientras te esfuerzas. Una de las cosas que demuestro es que algo que odia la mayoría de la gente, que es la ópera, pueden disfrutarla 15 minutos después y quieren seguir oyéndola. Las cosas no son bonitas o feas. Es un problema de conocimiento. El líder debería ser un educador. Lo único que nos hace líderes es el conocimiento.

¿Tenemos malos líderes?
En los cursos a altos directivos, pregunto ¿cuál es la actividad de un líder? Cada uno dice otra cosa. Hasta ahora, hemos definido a los líderes por sus características personales (ser comunicador, motivador). Ésa no es la definición. ¿Un gran maestro es quien sabe mucho? No. Es quien logra que te apasiones, y te exige muchísimo. Ése es un gran error en el liderazgo: les damos responsabilidades que no tienen que tener. El líder suele estar bastante oculto. Las madres son grandes líderes. Lo que hacen es trabajar desde la humildad. Cuando éramos pequeños, mi madre nos hacía teatro. Eso es liderazgo: hacerte amar algo a partir de divertirte con eso.

¿Cómo romper la mala dinámica de grupo sin perjudicarlo?
El miedo que tenemos a que no se traumen impide que hagamos lo que hay que hacer. Voy a ser muy bestia: que se traumen. Si tienen que llorar un poco, que lloren. Las mariposas tienen que hacer un esfuerzo monstruoso para salir del capullo. Ese esfuerzo hace que abra todo el sistema sanguíneo, les da la vida. Si yo rompo el capullo de la mariposa, ésta se va a morir. Déjale que sufra.

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