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Brasil, mejor que México y Latinoamérica

México agota sus reservas de crudo mientras que la economía de Brasil crece junto con la extracción; el dinamismo del consumo interno brasileño lo convierte en la mayor economía de la región.
sáb 21 noviembre 2009 06:00 AM
El presidente Lula da Silva se convirtió en el mejor embajador y promotor de inversiones de Brasil (Foto: Corbis)
lula (Foto: Corbis)

El petróleo es un símbolo útil para demostrar los caminos divergentes que han tomado recientemente las dos mayores economías de América Latina: México y Brasil. México, la segunda economía más grande de la región, está agotando sus reservas comprobadas de petróleo al extraer más crudo que ningún otro país de AL, según datos del informe Reseña Estadística de la Energía Mundial (Statistical Review of World Energy). Brasil, por su parte, está aumentando su reserva. En 2007, los 12,600 millones de barriles de petróleo en territorio brasileño superaron los 12,200 millones de México (sin duda, Venezuela cuenta con los mayores depósitos de petróleo de América Latina, con 99,000 millones de barriles).

Cantarell, el más grande de México y uno de los más importantes del mundo, en la bahía de Campeche, viene a la baja. Su producción ha caído más de lo proyectado desde 2003 cuando Petróleos Mexicanos (Pemex) extraía 2.1 millones de barriles de petróleo por día.

En junio de este año, este campo producía 604,498 barriles por día, según la Secretaría de Energía. Cantarell era el mayor campo de petróleo de México hasta enero de 2009 , cuando su producción bajó a niveles inferiores de los del campo petrolero vecino de Ku-Maloob-Zaap.

Los ingresos provenientes del petróleo financiaron 38% del presupuesto de México de 2008, y en agosto pasado el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, dijo a un comité del Senado que el país enfrentaba el mayor “shock fiscal” de los últimos 30 años, debido especialmente a la caída en las ventas del hidrocarburo. Carstens también dijo que era factible que la producción petrolera de México tuviera una baja de 4.9% durante 2010.

El panorama en Brasil es diferente. Es uno de los pocos países del mundo que se autoabastece de petróleo y que lidera la producción de energías alternativas. Petroleo Brasileiro SA, Petrobrás, la empresa dirigida por el Estado, prevé alcanzar su objetivo de producción de 2.05 millones de barriles por día este año.

El nuevo yacimiento Tupi, descubierto en 2007 bajo una espesa cama de sal en aguas profundas al sur de la costa sudeste de Brasil, podría ser uno de los depósitos más grandes del mundo. La compañía con base en Río de Janeiro tiene planes de incrementar su producción de gas y petróleo a más del doble para 2010, a más de 5.7 millones de barriles por día, para la puesta en marcha de nuevos proyectos.

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En muchos aspectos, la debacle económica ha golpeado más a México que a Brasil. El Producto Interno Bruto (PIB) de México se contrajo 8.2% en el primer trimestre, mientras que el de Brasil cayó 1.8% en el mismo periodo. Para el segundo trimestre un informe del gobierno mexicano estima una caída del PIB de 10.4% mientras que en Brasil se estima que el descenso sea de 1.8%.

La estrategia adecuada

Hace 20 años muchos inversionistas evitaban a Brasil debido a su crecimiento errático, a su hiperinflación y a su moneda expuesta a frecuentes devaluaciones. El Plano Real de 1994, un esfuerzo por estabilizar la moneda presentado por el entonces ministro de Finanzas Fernando Henrique Cardoso, cambió esta situación. Brasil ha tenido 15 años de estabilidad económica, con una moneda fuerte, una inflación relativamente baja y un crecimiento moderado.

La economía de Brasil está cada vez más ligada a la de China, que este año se transformó en el principal socio comercial de Brasil. Con un PIB de 1.6 billones de dólares en 2008, Brasil superó con creces a Canadá y España y pasó a ser la octava economía del mundo. El PIB de México de 1.1 billones de dólares lo ubicó en el lugar 13 en el mundo en 2008.

Hasta la actual recesión, México gozó de un crecimiento sostenido, que promedió 3.4% anual entre 2003 y 2008. Entre los países de AL, México tenía el mayor ingreso per cápita en paridad del poder adquisitivo (en términos ajustados), de 14,104 dólares en 2007. La paridad del poder adquisitivo es una medida del costo de bienes similares en distintos países.

En 2008, Brasil se transformó en un acreedor global neto y Standard & Poor’s y Fitch Ratings elevaron su calificación de crédito a grado de inversión.

En julio, Moody’s Investor Service reconsideró la calificación del país para elevarla al grado de inversión . En 2006, Brasil empezó a acumular grandes reservas en dólares estadounidenses y ha podido mantener y hasta aumentar sus reservas durante la crisis. Este año, el país tiene planes de ahorrar 10,000 millones de dólares (MDD) más, para alcanzar los 20,000 MDD. La situación financiera de Brasil está más sólida que la que enfrentó en otras crisis anteriores y está bien posicionado para un rebote sostenido una vez que finalice la crisis global.

La economía brasileña es diversa. Siendo el segundo productor mundial de mineral ferroso, después de China, Brasil es uno de los principales fabricantes de aviones. También tiene una balanza comercial positiva y ha logrado aumentar sus exportaciones e importaciones durante los últimos años.

Aun así, el comercio exterior representa sólo 23% del PIB. A diferencia de varios mercados emergentes, la economía brasileña está impulsada por el gasto del consumidor. En 2008, los gastos del consumidor representaron 84.5% del PIB, aún más alto que la cifra de 70.5% en Estados Unidos.

Los consumidores brasileños tienen la ayuda de una serie de tendencias económicas. Los salarios, especialmente los mínimos, aumentan a un ritmo superior al de la inflación. El desempleo, de 8.1% en junio, está en niveles inferiores a la media histórica. El crédito al consumidor sigue creciendo a pesar de una breve interrupción en enero.

Tradicionalmente, la inflación fue un problema que debilitaba la confianza interna y externa en la economía y la moneda del país. En 2002 la inflación llegó a 25.31%, el nivel más alto desde 1994. Por esta razón, el gobierno brasileño es cauteloso respecto del aumento de los precios y ha manifestado su voluntad de dejar de lado la posibilidad de un mayor crecimiento para evitar el riesgo de inflación.

La estabilidad brasileña ha generado mayor confianza en los inversionistas para poner su dinero en el país. La inversión extranjera directa, que alcanzó 34,600 MDD en 2007, representa apenas 2.6% del PIB, según datos del Banco Mundial.

Esto significa que Brasil está financiado principalmente por sus ciudadanos e instituciones. Dada la participación relativamente baja de los brasileños en los mercados, es probable que las finanzas crezcan más rápidamente que la economía.

El país sudamericano cuenta con una sólida estructura de mercado y poderosos entes reguladores. El Consejo Monetario Nacional, el CMN, es la entidad a cargo de la política monetaria y de crédito. El Banco Central do Brasil autoriza y supervisa a las instituciones financieras y emite dinero.

Brasil automatizó sus procesos y servicios financieros antes que muchos mercados desarrollados. En abril de 2002, el banco central lanzó un sistema de pago en tiempo real inspirado en estándares y prácticas internacionales. Como resultado, todas las transferencias de fondos se manejan electrónicamente y pueden cerrarse posiciones en tiempo real con disponibilidad dentro del día.

Una ola de consolidaciones, que fueron posibles gracias a los cambios recientes en las regulaciones, redujo la cantidad de bancos a 180 en agosto, de los 206 existentes en 2001. La fusión del Banco Itau Holding Financiera y Unión de Bancos Brasileños y la adquisición del Banco Nossa Caixa y del Banco Votorantim por parte del Banco de Brasil en enero pasado en conjunto generaron prestamistas con activos de unos 328,000 MDD. Esto no es suficiente para que ninguna de las instituciones fusionadas logre estar entre los 50 bancos más grandes del mundo según sus activos.

Sin embargo, el 10 de agosto, el Itau Unibanco Holding, con un valor de mercado de 73,203 MDD, se posicionó como la compañía financiera número 15 del mundo por su capitalización de mercado.

La regulación del mercado en Brasil, que impone bajo apalancamiento y buena calidad en los portafolios de crédito, ha dado como resultado bancos con una salud financiera mucho más robusta que la de muchos de sus pares globales. El préstamo alcanzó 41.6% del PIB en agosto, lo cual deja espacio para que siga creciendo.

Los bancos privados en México son rentables y tienen buena capitalización, si bien el sector está cada vez más dominado por compañías extranjeras o bancos nacionales que se fusionaron con empresas no mexicanas.

El Grupo Financiero Banorte, el mayor comerciante de títulos públicos, es la excepción. En el mayor acuerdo comercial entre México y Estados Unidos, Citigroup adquirió el Grupo Financiero Banamex-Accival en 2001 por 12,500 MDD.

La mayor institución financiera de México es BBVA-Bancomer, controlada por el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria de España. La compra de los bancos locales por parte de grandes instituciones bancarias extranjeras, así como las mejoras en el marco regulatorio, permitieron la recuperación del sistema financiero mexicano después de la devaluación del peso en el año 1994.

El crédito bancario representa sólo 22% del Producto Interno Bruto de México, un porcentaje inferior al del resto de los países de América Latina.

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