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Grupo México convierte el cobre en oro

Tras caer a un nivel mínimo durante la crisis, el 2010 le pinta bien a la firma de Germán Larrea; con el precio del cobre al alza y una caja de casi 1,700 mdd, la empresa mexicana sale a flote.
mié 09 diciembre 2009 06:00 AM
Grupo México saldrá de la crisis como una de las mineras más solidas de América Latina, estiman analistas. (Foto: Bloomberg News)
Mina Grupo Mexico (Foto: Bloomberg News)

El jueves 22 de octubre, el presidente de Grupo México, Germán Larrea Mota Velasco, informó que Southern Copper Corporation (SCC), la principal minera de la controladora, había perdido 63% de sus ganancias en los primeros nueve meses del año. Ese mismo día, la acción de la minera rasgaba en Nueva York los 36 dólares, la máxima cotización en el último año.

Últimamente, Grupo México salta a los titulares por sus batallas legales. Pero esta vez es diferente. La empresa se perfila para salir de la recesión convertida en una de las mineras más sólidas del continente, y los inversionistas lo saben. Mientras la industria minera en el mundo está en medio de un proceso de consolidación, la compañía mexicana puede disponer de recursos para invertir en sus propios yacimientos en cuanto los precios se acerquen al nivel que tenían antes de la crisis.

Dispone en caja de la fabulosa cantidad de 1,693 millones de dólares (MDD), su deuda es poca y pactada en plazos manejables: en 2015 tiene un vencimiento de 200 MDD y hasta 2035 otro de 1,000 MDD; posee las segundas mayores reservas de cobre en el orbe con 50.7 millones de toneladas debajo de la chilena Codelco; y opera con los costos de producción más bajos.

A mediados de noviembre, continuó la oleada de buenas noticias para la empresa: un juez de Texas emitió la aprobación final del plan de Grupo México SAB de pagar 2,200 millones de dólares a los acreedores de Asarco para retomar el control de esta compañía de minas de cobre con lo que dio fin a una larga batalla judicial con su rival Sterlite Industries.

Asarco es un asunto que entre indemnizaciones y plan de reestructura podría consumir más de 3,000 MDD y que la obligarían a contratar deuda por unos 1,300 MDD, según los analistas del sector.

Aunque las perspectivas son halagüeñas, los balances de la compañía no son inmunes al derrumbe  que observó el mercado de los metales en septiembre de 2008. Sus ventas en el tercer trimestre de 2009 registraron una caída de 19.6% y las ganancias bajaron 16.4% contra el mismo periodo de 2008. El precio del cobre, que aporta 69.2% de las ventas del grupo, llegó a la cumbre en la primera mitad de 2008 al cotizarse en el London Metal Exchange a 3.83 dólares la libra; siete meses después el precio se había derrumbado a 1.56 dólares.

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El colapso fue letal para muchas empresas en el mundo, por “inesperado, repentino, rápido y severo”, indica un reporte de Ernst & Young (E&Y). Eso dio lugar en los meses siguientes a sucesivos anuncios de bajas en producción en la industria, postergación de proyectos, ahorros de costos, despidos y drásticas reducciones de las actividades de exploración.

En manos de la corte
Recuperar Asarco significa para Grupo México tener presencia directa en EU e incorporar a la contabilidad del grupo 200,000 toneladas de cobre, con lo que desplazaría a la estatal Codelco del primer lugar mundial en reservas de cobre (52.6 millones de toneladas). Asarco registró ingresos por 1,698 MDD el año pasado, flujo operativo de 437 MDD y 1,324 MDD.

La holding mexicana declaró a Asarco en quiebra en agosto de 2005. La administración estaba en desacuerdo con las indemnizaciones por daños ambientales que le eran reclamados por diversos gobiernos estatales en EU y organizaciones ambientales. Dado que tampoco aceptaba hacerse responsable por el mal manejo de asbestos hecho por dos subsidiarias de Asarco que habían cerrado antes de comprar ésta, decidió dejar el asunto en manos de la corte de quiebras del estado de Texas. En total, se calcula que los pasivos suman más de 1,000 MDD.

También AMC, otra unidad de Gméxico, fue demandada por el consejo independiente que quedó al frente de Asarco de haber hecho una operación fraudulenta al hacerse del control de la peruana SCC, que formaba parte de Asarco, a un precio menor al del mercado con el fin de descapitalizar a la firma de EU ante el riesgo de que fuera liquidada para pagar las indemnizaciones. Grupo México siempre negó esta acusación, pero en abril de 2009 un juez sentenció que debía devolver a Asarco 260 millones de acciones, que representan 30.5% de las acciones en circulación de SCC, así como 1,380 MDD en efectivo. La compañía apeló esa sentencia, pero una vez que Grupo México recuperó Asarco, el asunto de SCC será irrelevante pues la devolución equivaldrá a pasar dinero de un bolsillo al otro, dice Juan Rebolledo Gout, vicepresidente de Relaciones Internacionales.

Ahora que Grupo México ganó el caso, es poco probable que Sterlite Industries apele, dice Rebolledo, pues tendría que poner en la mesa cerca de 3,400 MDD a modo de garantía y por el equivalente al valor del negocio en disputa. “Esperamos que sea el fin del tema Asarco”, señala el directivo.

Pero cerrar el expediente Asarco también tiene costos. Desde abril, Standard and Poor’s (S&P) colocó las calificaciones del grupo en revisión especial, por los efectos que pudiera tener en su liquidez y la de su subsidiaria AMC, la fianza que le fue exigida tras apelar una decisión judicial –Grupo México atendió la orden con la colocación de las acciones tomadas de Asarco en depósito en garantía (scroll account)–. Para financiar el plan de reestructura y pagar indemnizaciones, la compañía tendrá que echar mano de sus recursos en caja y contratar deuda adicional o emitir acciones por cerca de 1,300 MDD.

Eterno conflicto
El otro foco amarillo está en México. Desde julio de 2007, su mina de Cananea, la más grande productora de cobre en el país y que genera 23% de los ingresos de su negocio minero, está inactiva por conflictos laborales. La huelga de los trabajadores, que aludieron incumplimiento del contrato colectivo, ha sido declarada ilegal en dos ocasiones por distintas instancias judiciales, pero los huelguistas han interpuesto diversos recursos legales logrando anular esas resoluciones mediante recursos legales.

Además de pelear en los juzgados, Grupo México intentó el año pasado poner fin al conflicto a través de cesar a los trabajadores. El costo del plan de indemnización que, según sus reportes, tomó “un grupo de trabajadores”, fue de 34.5 MDD. El más reciente paso dado por la compañía fue lograr, en marzo pasado, que el gobierno avalara su decisión de declarar terminadas las relaciones laborales con 1,100 trabajadores afiliados al Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros. Los trabajadores solicitaron amparos contra la decisión de las autoridades, los cuales están aún por resolverse.

Para la compañía, la huelga es un instrumento de presión de Napoleón Gómez Urrutia, líder en el exilio del sindicato. Mediante acusaciones de desvío de fondos, Grupo México ha evitado que Gómez Urrutia regrese al país, en tanto que el líder ha logrado que trabajadores leales a su causa mantengan detenida una cuarta parte de la producción de cobre del grupo. De acuerdo con los procedimientos judiciales, los analistas especulan que el conflicto se podría resolver en el segundo trimestre de 2010, pero son cautos acerca de quién será el vencedor de la disputa.

Las batallas legales impactan en la compañía. Frente a otras mineras de AL analizadas por banco Santander, Grupo México cotiza con un descuento de 48%, en la relación entre el valor de la compañía y el flujo operativo (EBITDA) estimada para 2010 (es decir, que cotiza su acción por debajo del valor nominal de la misma). Las acciones de Southern Copper Company (SCC), una de los mayores productoras de cobre en el mundo y de la que la mexicana tiene 80% del capital, se cotizan en Nueva York también con un descuento de 41.9% debido a la incertidumbre por los litigios.

El cobre recupera brillo
La minería vive momentos agitados en todo el mundo. La recesión dividió a las mineras en dos grupos, las que tienen efectivo y las que no. Conforme se prolongue la espera de la recuperación de los precios se dividirá entre los que aguantan hasta el final para vender activos y los que están a la espera de que los mercados financieros se abran para ir por las compañías más devaluadas. Se estima que el mercado de metales –especialmente las minas de zinc, níquel y cobre– había perdido entre 40 y 60% de su valor al cierre de 2008, indica un análisis de E&Y.

Los precios de los metales son clave para todos, y en el caso del cobre van al alza –después del plomo, es el metal que más se ha recuperado, con un aumento de 109% entre enero y octubre–. A diferencia de 2001, esta vez los precios no cayeron originalmente por la pérdida de demanda. Al deteriorarse las expectativas globales y las restricciones al crédito en la primera mitad de 2008, las mineras decidieron recortar producción para anticiparse a la caída del mercado y evitar que se acumularan inventarios. Sin almacenes llenos, los pedidos de Asia este año impulsan la recuperación de los precios.

Gracias a que el gobierno chino mantiene en marcha la exportación de productos manufacturados e impulsa el mercado interno y la inversión de capital, la actividad industrial en el país aumentó en mayo 8.9%, dice un análisis de Santander, lo que elevó la fabricación de productos de acero en 7.4% contra ese mismo mes de 2008. El uso aparente de cobre en China creció 44% en los primeros cinco meses de 2009 (más de un millón de toneladas de demanda adicional), lo que neutralizó parcialmente el decremento de 18% en el resto del mundo, indica el banco citando cifras del Grupo Internacional de Estudios del Cobre, con sede en Chile.

En septiembre, el cobre se cotizó ya en 2.73 dólares por libra, 97% más que el precio que había al empezar el año, en parte también por la baja de inventarios en la Bolsa de Metales de Londres (LME, por sus siglas en inglés) a seis días de consumo (un tercio menos que en febrero). Y el jueves 22 de octubre, los futuros a diciembre estaban arriba de 3 dólares, un campanazo esperado por la industria. Freeport McMorRan Copper & Gold, una de las mayores mineras de cobre con sede en Arizona, anunció su plan de reactivar la producción de una de sus minas en Arizona que había parado en octubre de 2008 y ampliar la vida productiva de otra en Chile.

Si logra darle la vuelta a la página marcada por pleitos en los juzgados, Grupo México será de las pocas compañías que se enfoque en atender el aumento de la demanda que se espera a partir de 2010. Comenzará en Perú, con la inversión de 600 MDD en la ampliación de la mina Toquepala, a fin de agregar 100,000 toneladas a su producción anual de cobre a partir de 2011. También arrancará en Perú Cuajone y Los Chancas, minas previstas para comenzar a producir entre 2013 y 2014.

La capacidad instalada de sus empresas podría llegar a 975,000 toneladas, señala Rodrigo Heredia, analista de Ixe, desde su capacidad actual de 700,000 toneladas –aunque sólo producen 520,000 debido a la inactividad de Cananea–. Un as bajo la manga es Tía María, una mina ubicada en Perú que agregará 120,000 toneladas y que está programada para arrancar a mediados del año 2011, con inversiones aprobadas por 934 MDD.

Si recupera Asarco, aumentará capacidad en 200,000 toneladas anuales en el corto plazo, aunque sus mayores proyectos están en México. Si puede reabrir Cananea, sumará 180,000 más a la contabilidad, más 190,000 de un proyecto en Baja California, El Arco, en el cual ya hace estudios ambientales y la ingeniería básica. Los analistas calculan que el grupo está en posibilidades de aumentar 50% sus volúmenes de producción hasta 2015.

La mayor atención de los analistas está en cómo usará los 1,693 MDD que tiene en caja, si dejará que los consuman los compromisos derivados de sus pleitos legales o si los dedicará a la expansión. La controladora se nutre de las ganancias que recibe de sus subsidiarias, especialmente de SCC, en la que mantiene una política de jugosos dividendos a pesar de la crisis y de los compromisos financieros en puerta –ejecutivos de SCC trabajan con algunos bancos en el financiamiento de la mina Tía María.

El mismo jueves 22 de octubre surgió una señal de cuáles son las prioridades del grupo. Al dar a conocer sus resultados, SCC anunció un pago más de dividendos de 18 centavos por acción, a pagar en noviembre. Grupo México vive de esos dividendos, así que para no afectar su caja, en los tres trimestres anteriores repartió sus propios dividendos en acciones –los analistas de deuda preferirían que esas previsiones también las tuviera en SCC–. Pero esta vez Grupo México fue en sentido contrario: un día después del reporte de SCC, anunció que había decidido repartir un dividendo de 17 centavos por título a partir del 25 de noviembre, ahora en efectivo.

En los próximos meses se sabrá si los sucesivos repartos de dividendos fueron una decisión temeraria para una época en que el flujo de efectivo es el rey de los indicadores. O un lujo que habrá de pagar a plazos y con intereses.

 

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