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Los extorsionadores arrasan con negocios

Los grupos delictivos presionan lo mismo a ‘giros negros’ que a empresas legalmente constituidas; los comercios con recursos útiles para los infractores suelen ser blancos de amenazas.
jue 04 febrero 2010 06:00 AM
Debido a que la extorsión frecuentemente imposibilita la operación normal de los negocios, algunos comerciantes han optado por rentar sus espacios por día, por semana o por mes. (Foto: AP)
Renta fuera de lo común (Foto: AP)

Al principio, el crimen organizado extorsionaba sólo a los quienes operaban al margen de la ley, como las discotecas que funcionan sin permiso, los casinos ilegales o los vendedores de productos pirata.

“Sabían que sus dueños no se acercarían a la autoridad para denunciarlos”, dice Marco Aguilar, jefe de Atención a Fraudes y Extorsiones de la Agencia de Seguridad Estatal (ASE) del Estado de México.

Ahora, el fenómeno ya alcanzó a la economía formal . En 2008, ocho comerciantes de la Central de Abastos del Estado de México denunciaron el acoso de presuntos miembros de la banda La Familia para pagarles cuotas de entre 100 y 500 pesos semanales , a cambio de protección. Los extorsionadores recolectaban pagos también en los tianguis y mercados de los municipios de Toluca, Metepec, Ixtlahuaca, Tenango, Atlacomulco, San Mateo Atenco, Lerma, Tenancingo y Nezahualcóyotl.

Además de restaurantes, entre los giros más acosados destacan centros nocturnos, bares, funerarias, ferreterías, farmacias, refaccionarias, casas de juego, hoteles, así como casas de cambio y casas de empeño.

Según Guillermo Soria Magaña, director de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) de Ciudad Juárez, entre enero y octubre de 2009 unos 30 negocios de estos giros fueron quemados por negarse a pagar cuotas de extorsión.

En Tijuana, los giros más buscados son las refaccionarias, los lotes de autos y las ferreterías. La Canaco de esa ciudad calcula que en año y medio han cerrado 170 lotes de autos usados. (Algunos de estos cierres se atribuyen a un incremento en los impuestos a la importación de vehículos.)

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En 2008, los propietarios de 12 centros de juego prefirieron cerrar sus locales en Tamaulipas y así evitar el pago de cuotas al crimen organizado. La Asociación de Permisionarios de Juegos y Sorteos dijo en ese momento que estos negocios también eran amenazados en Saltillo, Tampico y Ciudad Juárez.

A las empresas que realizan giras por el interior del país, presentando espectáculos en vivo, les suelen cobrar entre 5 y 10% de lo que recauden en taquilla.

Una compañía que incluso cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores cerró los negocios que tenía en un estado de la República debido a los frecuentes intentos de extorsión. Hacerlo significó reconocer como pérdida una inversión de 20 millones de dólares.

Otras empresas favoritas para la extorsión son las que cuentan con recursos que el crimen organizado puede necesitar, como hospitales, funerarias y transportes. El empleado de una planta de Grupo Alfa en Tamaulipas refiere que por actos de la delincuencia la compañía ha cambiado algunas rutas de distribución y que algunos empleados han sido víctimas de extorsión. “Hemos escuchado comentarios al respecto”, dice Klaus Ortiz, director de Seguridad Corporativa del conglomerado.

Y reconoce que la empresa ha sido víctima de algunas “acciones aisladas de la delincuencia (organizada o no)”. Sin embargo, no quiso abundar al respecto por existir investigaciones en curso.

La firma de autopartes Delphi Corporation aún investiga cómo llegaron a uno de sus tráileres cuatro toneladas de marihuana. No descarta que hayan extorsionado a alguno de sus empleados. “La empresa ha reforzado sus procesos de seguridad de la cadena de suministro a todos los niveles”, dice Xóchitl Díaz, portavoz de la firma.

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