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A Hirst le gusta la suciedad de México

El artista inglés presenta su exposición Dark Trees en la Ciudad de México; el rey Midas del arte es reconocido como uno de los más excéntricos debido a sus escandalosas obras.
dom 16 mayo 2010 06:00 AM
A Damien Hirst le gustan las calaveras, por ello presume sus anillos, de los cuales uno lo compró en el mercado de La Lagunilla de la Ciudad de México. (Foto: Duilio Rodriguez)
hisrt (Foto: Duilio Rodriguez)

Damien Hirst es una especie de rey Midas del arte : su obra es tan conocida por escandalosa como por costosa. Sus instalaciones de vacas partidas a la mitad, el tiburón disecado en un estanque y las calaveras con moscas provocan reacciones de disgusto al tiempo que mueven las cajas registradoras.

Esa fama obliga a la encargada de Relaciones Públicas de la galería mexicana donde expone (entre abril y julio de 2010) a pedirle a un reportero que, por favor, no vuelva con la pregunta de cómo le hace para ser tan rico. Y, aun así, él es quien vuelve a poner el tema sobre la mesa.

Se le pregunta si podría decir quién será el próximo Damien Hirst. La expresión podría referirse a un artista que logre la fama que él alcanzó en tan sólo dos décadas. Pero Hirst contesta que esa pregunta tiene algo de financiera, de cómo encontrar una firma cuya obra se aprecie en poco tiempo.

Recuerda que, en sus inicios, le vendió a coleccionistas amigos suyos una obra en 500 libras, que sólo tres semanas después revendieron en 1,500, tres veces su precio original. "Creyeron que era un buen negocio", y después la obra se vendió en 1 millón de libras. En todo caso, recomienda no pensar en adquirir arte como negocio : "Yo digo que nunca deben comprar arte por hacer dinero, así se pueden juntar montones de porquerías. Si quieres hacer dinero, puedes ir al mercado de valores".

Damien Hirst tiene una larga relación con México, que empezó hace 10 años porque su esposa es surfista y con frecuencia quería viajar a una playa con olas. La pareja compró una casa en Ixtapa , a donde ha regresado cada año los últimos seis o siete.

Además, dice: "Me gustan las calaveras, tal vez por eso me gusta el país". Hay otras cosas: "La suciedad, hay mucha en México... Odio ciertos lugares, como East Hampton, cerca de Nueva York, donde todo está tan limpio y manicurado... No es posible mantener todo limpio".

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Incluso a Hirst le parece difícil explicar por qué le emociona México. Pareciera, dice, que el país vive "una crisis de identidad", con mucha "violencia y sangre" y, al mismo tiempo, esperanza. "Hay más preguntas que respuestas en México".

Es la segunda vez que hay una exposición de la obra de Hirst en el país. La primera incluyó algunos estanques de animales en formol, pinturas perfeccionistas elaboradas por los miembros de su taller, esculturas y algo de spin painting, obras logradas por arrojar pintura a lienzos circulares en movimiento.

Esa primera exhibición fue más espectacular que la actual, que consiste en óleos sobre tela, con técnica tradicional de pintura. Después de pintar sus famosos cuadros con puntos y con perfección casi fotográfica, ahora tomó él mismo el pincel. "Sentía que estaba evitando pintar, y por eso empecé ahora. Mi hijo de cinco años lo hace y parece fácil".

Aparecen los temas recurrentes en la obra de Hirst, como las calaveras, las referencias a la muerte y a la religión, en especial la católica, en la cual fue educado hasta los 12 años. Aunque asegura no creer en Dios, el artista dice que un mundo sin Dios no sería un buen lugar. Reconoce que hay algo pornográfico en pintar los símbolos de la muerte y explica que ésta ayuda a darle sentido a la vida. "Me gustaría vivir para siempre, pero sólo por un tiempo".

El británico Damien Hirst, de 45 años, es el artista más conocido de la generación Young British Artists , que empezó a darse a conocer en los años 80 y que tuvo uno de sus momentos culminantes en la exposición Sensation, en 1997.

En esta nueva exhibición incluye pinturas individuales y trípticos, algo utilizado por su paisano Francis Bacon, de quien se dice que tiene una fuerte influencia en su obra. "Yo no tomo prestadas ideas, las robo", bromea cuando se le pregunta sobre la impronta de Bacon. "La originalidad no es posible ahora". Agrega que Bacon ‘odiaría' algunas de sus obras, como las pinturas de puntos. Los trípticos se usaban en la pintura clásica.

La exposición Dark Trees, de Hirst, estará en la galería Hilario Galguera del 15 de abril al 30 de julio. De lunes a viernes de 10 a 17 horas y los sábados de 11:30 a 17:30 horas. Francisco Pimentel 3, colonia San Rafael, Ciudad de México.

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