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La familia pequeña, ¿vive mejor?

El crecimiento de la población en México complica el panorama de pobreza, desempleo y servicios; la caída en la migración y el aumento en la tasa de fertilidad son algunas razones de este aumento.
sáb 22 enero 2011 06:00 AM
De acuerdo con Lorenia Parada, psicóloga de la UNAM, es importante que las parejas anoten sus prioridades para administrar mejor el dinero. (Foto: Carlos Aranda/Mondaphoto)
familia dinero (Foto: Carlos Aranda/Mondaphoto)

El número de universos puede ser infinito, especulan los físicos. En uno de esos universos posibles es una excelente noticia la forma en que está creciendo la población mexicana. En el que vivimos, no. El número de personas que vivían en México el 12 de junio de 2010 totalizaba 112 millones 322,757. Este número es 3.6% más alto que lo proyectado por el gobierno. Somos 3 millones 922,000 personas más de las que esperábamos.

Este crecimiento mayor al esperado fue una de las malas noticias de 2010. Pasó desapercibida, quizá, porque el año que acaba de terminar fue pletórico de negritos en el arroz. ¿Para qué preocuparse por una megatendencia, cuando la realidad del corto plazo está siendo tan demandante, tan generosa en problemas y desafíos?

No hay una explicación oficial detallada que describa lo que pasó, pero tenemos algunos bocetos.

Destacan dos datos. El primero es conocido: la migración a Estados Unidos no fue tan alta en el último lustro como había sido entre 1995 y 2005. La recesión económica y el endurecimiento de la política migratoria hicieron buena parte del trabajo.

El segundo dato sorprende: la tasa de fertilidad aumentó. El número de hijos por mujer es de 2.22, muy por encima del 2.04 proyectado por el Consejo Nacional de Población (Conapo).

La desviación en el crecimiento de la población podría tener un impacto en la pobreza, advirtió la secretaria de la CEPAL.

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A menos que ocurra un milagro, debemos quitar el condicional a la frase. Al ritmo actual de generación de empleo, se necesitaría más de una década para crear cuatro millones de puestos de trabajo.

Más allá del mercado laboral , los mexicanos inesperados son demandantes legítimos de servicios públicos, en un país que no tiene cobertura plena en muchos rubros, entre ellos, educación, salud y seguridad pública. Serán consumidores de servicios ambientales en un mundo que está en el límite de su capacidad de proveernos agua potable, aire limpio y zonas verdes, por ejemplo.

"Éramos muchos y parió la abuela", dice el refrán. Para estar a la altura de la nueva situación, deberíamos completar el dicho con otros datos: se embarazó la sobrina que estudiaba el bachillerato. Regresó el tío que vivía en Los Ángeles. La vecina tuvo éxito en su tratamiento de fertilidad asistida y el abuelo cumplió 80 años con una salud envidiable.

¿Dónde está la estrategia demográfica?

Hay muchas historias felices detrás del crecimiento poblacional... a escala individual o familiar. Cuando la perspectiva es nacional, hay pocos motivos para celebrar.

México alcanzó sus mayores tasas de crecimiento demográfico en la década de los 60. Entonces éramos 35 millones de personas y nos expandíamos a un ritmo de 3%.

En el sexenio de Luis Echeverría se puso en marcha una estrategia para enfrentar un problema que entonces estaba de moda, a escala global: la explosión demográfica. El país entero conoció el eslogan "La familia pequeña vive mejor".

La política dio resultados, sobre todo a partir de la década de los 80. Ahora, la población de México crece a una tasa menor a 1% anual. Si el país hubiera mantenido el ritmo de los 60, ahora seríamos alrededor de 160 millones de mexicanos.

Nuestra diversidad es parte de nuestra riqueza y, al mismo tiempo, fuente de enormes retos para las políticas públicas, empresas y organismos sociales. Las mujeres de la sierra de Chiapas tienen más de cinco hijos, en promedio, mientras que en Garza García o en la delegación Benito Juárez están más cerca de los estándares europeos.

¿Qué sigue? El presidente Felipe Calderón no ha hecho un comentario elaborado sobre el tema, tampoco el secretario de Gobernación, a pesar de que Conapo radica en dicha secretaría. El presidente del INEGI ha evitado la expresión de juicios de valor sobre los datos del Censo 2010. Podemos suponer que no hay pánico, quisiéramos pensar que algún genio está trabajando para responder a la nueva situación.

En la práctica, hay una estrategia nacional en torno al crecimiento demográfico que parece haberse relajado. Así lo indican los resultados del último lustro. ¿Hace cuánto que usted no escucha o ve una campaña que promueva las ventajas de la familia pequeña?

 * El autor es director editorial del periódico El Economista.

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