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&#34Combatiré la corrupción&#34 Cuauht

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mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Es otro Cuauhtémoc Cárdenas: sus juicios son menos implacables y de vez en cuando esboza una sonrisa huraña. Pero, ante todo, el candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) al gobierno del Distrito Federal trae consigo la confianza que le da encabezar hasta ahora las preferencias del voto en las encuestas.

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La entrevista se realizó en el trayecto desde un restaurante de la colonia Condesa –en donde se reunió a desayunar con mujeres de diversos medios de comunicación– a la Facultad de Ciencias, en Ciudad Universitaria. Un día antes, Carlos Castillo Peraza, candidato del Partido Acción Nacional (PAN), lo había acusado de beneficiar a su madre con un predio de 20,100 metros cuadrados cuando fue gobernador de Michoacán. En ese desayuno el candidato perredista adelantó una respuesta, que precisó más tarde en un comunicado hecho público el lunes 5 de mayo.

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A la vez que se compromete a combatir la corrupción gubernamental, Cárdenas arremete contra sus adversarios, entre ellos el presidente Ernesto Zedillo, y hace un esfuerzo más por acreditar su pasado político y demostrar que tiene un proyecto político y económico de gobierno.

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Diversos sondeos indican que si las elecciones fueran el día de hoy usted ganaría. ¿Qué le permitió llegar a esta posición?
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La campaña del partido y su trayectoria de 10 años de lucha por el cambio democrático, que hacen que la ciudadanía tenga una mejor perspectiva de lo que es el PRD y sus compromisos fundamentales. La congruencia entre lo que se dice y lo que se hace ha hecho que la gente manifieste sus preferencias electorales en favor de nosotros.

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En cuestión de imagen, se ha comentado mucho que ahora usted está sonriendo. ¿Aceptaría que hoy en día estamos viendo a un Cárdenas más amable, con deseos de agradar a más gente?
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No, creo que estamos viendo medios informativos más objetivos. Esto es, que en cuanto a imágenes gráficas, no sólo presentan momentos en los que yo estoy serio, sino lo que es normal en la vida de cualquiera: a veces nos reímos, a veces estamos serios. En cada momento del día y de la vida adoptamos actitudes diferentes.

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Los ataques y cuestionamientos personales están a la orden del día. Carlos Castillo Peraza dijo a EXPANSIÓN que está contendiendo contra dos tipos de PRI, “el modelo 70 y el modelo 90”, y contra dos ex gobernadores priístas. ¿Qué responde usted a eso?
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Muchos militantes –la llamada Corriente Democrática– rompimos con el partido oficial y lo hicimos justamente cuando no pudimos lograr que el PRI y el régimen, en lo general, retomaran caminos abandonados: profundizar las realizaciones y alcanzar los objetivos de la Revolución Mexicana. Esta fue la razón del rompimiento de los miembros de la Corriente Democrática con el régimen en 1986 y 1987. Lo que veo grave, en este caso, no es haber roto con el PRI, sino haberse asociado con él y haberse hecho su cómplice a partir de 1989, que es el caso de Acción Nacional, y particularmente del grupo que representan dentro de ese partido Carlos Castillo Peraza, Diego Fernández de Cevallos, Luis H. Álvarez, Felipe Calderón...

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El PAN ha sido muy cuestionado por declaraciones y acciones concernientes a asuntos de moral pública, y en este mismo contexto se han recordado algunas acciones suyas cuando fue gobernador de Michoacán. Incluso el -periodista Luis González de Alba se refirió en la revista Nexos a la “moral panista del cardenismo en Michoacán”...
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Esas apreciaciones son totalmente equivocadas. Lo que se hizo en Michoacán cuando yo fui gobernador fue aplicar las leyes, que sería el caso del Código Sanitario Federal, que establecía en esa época que la venta de alcohol en establecimientos comerciales –vinaterías, tiendas de abarrotes– se suspendiera desde el mediodía del sábado hasta el lunes en la mañana. Pero esto no tenía que ver con el consumo de alcohol en restaurantes o sitios turísticos, en donde había una venta normal.

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En el intercambio de pareceres entre Andrés Manuel López Obrador, presidente de su partido, y el presidente Ernesto Zedillo, éste le demandó al PRD y a sus candidatos decirle al pueblo mexicano “cuál es su proyecto de país” y “cuáles son los medios para alcanzarlo”, así como renunciar “de una vez por todas a respaldar conductas y manifestaciones que se apartan de la ley”. ¿Qué responde a esos cuestionamientos?
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Se me hace muy grave que el titular del Ejecutivo hable de conductas que se apartan de la ley, porque una conducta que se aparta de la ley es, precisamente, no ejercer la ley contra quien se aparta de ella. Quien comete actos delictivos o tiene conductas indebidas debe recibir la sanción o el llamado de atención que la ley establece. Lo que no puede aceptarse es que el titular del Ejecutivo admita que alguien se desvía de lo que la ley establece y él se quede tan imperturbable, como si nada hubiera sucedido. Esta sería mi primera consideración.

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La otra es que sería muy conveniente que se allegara de algunas personas que supieran leer –no sería necesario que supieran leer y escribir, con que supieran leer sería suficiente– y revisaran los documentos de nuestro partido. Tenemos una propuesta económica; tenemos una plataforma electoral dirigida al conjunto del país como condición para registrar candidatos y participar en esta contienda por el Congreso; tenemos una plataforma electoral para el DF. Yo he presentado una propuesta dirigida también a los ciudadanos del DF. Sería cosa de que las leyera y vería que donde se carece de propuestas es más bien en su partido o en otros, no en el nuestro.

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En su campaña, el PRD está poniendo énfasis en su crítica al neoliberalismo. ¿A qué se opone exactamente el PRD?
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El neoliberalismo en México se expresa por la corrupción, porque los altos funcionarios vendieron y se quedaron con las empresas públicas. Esta es un privatización muy parcial, muy amañada, para quedarse con empresas públicas, con bancos, con grandes consorcios industriales. Nos oponemos a que la relación que se establezca entre la autoridad y la sociedad sea una relación de complicidades y de corrupción. Este es el -neoliberalismo con el que no estamos de acuerdo.

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El PRD busca que haya inversión en las actividades productivas, que se genere empleo, que se abran campos de oportunidad para la inversión privada, nacional y extranjera –que el país está requiriendo urgentemente para generar empleos–, que se eleven las condiciones de vida y que se reactiven muchas ramas de la economía que se encuentran totalmente postradas.

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¿Qué le diría usted a los empresarios y ejecutivos que todavía piensan que el PRD y usted son estatistas, populistas, violentos, confrontadores...?
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Que están totalmente equivocados. Mi trayectoria política, o la de cualquiera de los miembros del PRD que han tenido una experiencia de gobierno, lo puede demostrar. No veo en dónde –ni en Michoacán, ni en mi paso por la subsecretaría forestal– yo haya fomentado acciones en ese sentido. Por el contrario, cuando estuve en la subsecretaría forestal se estuvo apoyando a los productores. Ningún proyecto se condicionaba dependiendo de quién lo presentaba; si era viable se apoyaba.

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Lo mismo podría decir en el caso de Michoacán. Tuve muy buena relación con el empresariado -michoacano. No me asocié con ninguno, quizá esto es lo que le resulte extraño a muchos, que no esté yo asociado con alguna empresa forestal, ni con alguno de los grupos financieros o industriales de Michoacán.

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De llegar usted a la jefatura del DF, ¿qué prioridades se impondría?
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El combate a la corrupción, que es lo que nos distingue de cualquier otra propuesta partidaria. Tenemos un compromiso con nuestros militantes y con la ciudadanía de dar una lucha a fondo contra la corrupción, la que está adentro del gobierno y la que gira en torno a él.

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Usted ha comentado que tres años son insuficientes para resolver los problemas más grandes de la ciudad de México, ¿cuáles son éstos?
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Problemas los tiene de todo tipo y muy diversos, tal y como los tiene el país. Seguridad, corrupción, combate a la delincuencia.

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Generar ocupación y reactivar la economía, extender las redes de servicios –transporte, agua– hasta lograr una calidad equivalente en todas partes, luchar contra la contaminación, atender a los niños de la calle, recuperar la calidad del servicio en la atención de la salud, elevar la calidad de la educación: son prioridades en las que el nuevo gobierno debe actuar con capacidad e inversión. Y en todas se requiere de la participación de la gente: no es el gobierno quien hará solo las cosas.

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Para reactivar la economía, el papel principal es de quienes tienen capacidad de inversión. El Estado puede abrir oportunidades a través de la obra pública, de la promoción y la gestión conjunta, pero es el inversionista privado, el industrial, el comerciante, el prestador de servicios, el que podrá aprovechar el potencial productivo que ofrece la ciudad en sus recursos turísticos, en lo que todavía tiene de zonas agrícolas y forestales. A esas áreas habrá que llevar tecnologías de punta para tener una productividad más alta.

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¿Qué puede ofrecer Cuauhtémoc Cárdenas a los -capitalinos en materia de seguridad pública?
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Combatir la corrupción dentro de los cuerpos policiacos: que no haya extorsión a los ciudadanos ni de los jefes -policíacos a los propios policías. Luego una reestructuración de toda la fuerza pública. Terminar con eso de que una proporción muy alta de elementos de la policía preventiva estén comisionados en empresas y casas particulares haciendo tareas que no son propias de la policía. Por otro lado, descentralizar hacia las delegaciones el manejo del cuerpo -policiaco, para que su manejo esté más cerca de los ciudadanos y se abra la posibilidad de que –a través de los comités ciudadanos de seguridad– éstos puedan coadyuvar en esta tarea.

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También habrá que buscar la coordinación, desde una perspectiva metropolitana, con las policías municipales o estatales de los estados de México y de Hidalgo.

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Hay aspectos que sin duda resuenan en los oídos del electorado –creación de empleos, detener la caída del poder adquisitivo, reactivar las actividades productivas–. ¿Qué se propone hacer usted en estos renglones?
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En primer lugar, debe quedar muy claro que los principales instrumentos económicos los maneja el gobierno federal y no el del DF. A mí me encantaría bajar intereses, adoptar una política que acercara los intereses bancarios a las tasas internacionales y que pusiera el acento en la creación de empleo, en la inversión productiva y no en la especulación. Atender ramas -orientadas a satisfacer el mercado interno y no sólo las dirigidas a productos de exportación.

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Pero éstas no son políticas que dependan, sino en parte muy pequeña, del gobierno de la ciudad. Por lo tanto, lo que se puede hacer es convocar a los inversionistas y crear un clima de confianza y de seguridad en el DF para que la inversión pueda empezar a fluir. Aquí entra el combate a la corrupción y a la delincuencia, y el que se adopten medidas que faciliten los trámites administrativos. Terminar el mal manejo en materia de licencias y permisos, y todo ese tipo de autorizaciones discrecionales que hacen funcionarios mayores o menores.

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¿Debe tolerarse el ambulantaje?
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Este es uno de los tantos productos que han entregado al país los gobiernos neoliberales. El crecimiento del empleo informal, del comercio en la vía pública, es uno de los tantos logros de las administraciones priístas, sobre todo de las últimas. Se ha permitido que este comercio se convierta en una práctica conflictiva para la ciudad. Habrá que buscar cómo atender los problemas de más de 200,000 comerciantes que trabajan principalmente en la vía pública.

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¿Cómo?
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A través de lo que se pueda lograr en la generación de empleo estable con una remuneración suficiente. Esto permitirá absorber a buena parte de quienes hoy en día están en el comercio ambulante.

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La creación de mercados públicos es una política que se ha abandonado desde hace años, cuando la ciudad está requiriendo a gritos que se construyan en muchas partes. La proliferación de los mercados sobre ruedas expresan esta necesidad de mercados públicos de muchas zonas de la ciudad, en los que se podría absorber una buena parte del ambulantaje. Por otro lado, hay que buscar dónde establecer, con características de estabilidad y permanencia, a quienes practican este tipo de comercio.

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Es indispensable, por lo demás, combatir a los grandes contrabandistas y a quienes asaltan camiones que llevan mercancías que después se venden en la vía pública a través de este comercio. Además de que habría que regularizar fiscalmente el ambulantaje; de algún modo, el gobierno de la ciudad lo hace al cobrarles piso pero, en muchos casos, se ha ido a la peor forma de relación, que es la extorsión. Desde luego que esto no resuelve ningún problema.

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¿Cuál es su posición frente a las trabajadoras de lo que se ha dado en llamar el -sexoservicio?
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La ciudad debe dar un combate sin cuartel contra el lenocinio y contra la prostitución infantil. Por otro lado, considero que debe abrirse una gran consulta sobre el tema, porque aquí están involucrados derechos de la gente que ejerce la prostitución, cuestiones de orden sanitario, económico y social que deben ser consideradas.

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Un tema ineludible es la contaminación atmosférica. Hay muchos diagnósticos, pero pocas propuestas viables. ¿Cuál es la suya?
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La única forma de combatirla es actuar directamente sobre las fuentes contaminantes. La mayor parte de la contaminación en la ciudad –60%– la generan los vehículos automotores. Otro 25% es producto de las emisiones de la industria a la atmósfera. Hay que ir sobre las fuentes industriales que contaminan –motores de pequeñas instalaciones, calderas–, y luego sobre los vehículos.

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Hay un proyecto que suena muy atractivo –y habrá que estudiarlo a profundidad– para cambiar los motores de los vehículos de transporte público. Estamos hablando de 600,000 vehículos –de los tres millones que tiene la ciudad– que pudieran consumir gas natural en lugar de diesel o gasolina. De acuerdo con el proyecto, se abatiría la contaminación en 40% y se abriría una oportunidad muy atractiva para la inversión privada, de unos $8,000 millones de dólares, a efectuarse en seis u ocho años.

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¿Y el “Hoy no circula”?
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Hay que revisarlo para ver si es o no efectivo. Si se suspende, esto significaría de un día para otro poner a circular 20% más de vehículos en la ciudad.

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¿Habría cambios a la división administrativa o a las asignaciones que tienen las delegaciones políticas?
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Sí, tendríamos que revisar cómo se hacen las asignaciones presupuestales. A partir de las reformas legales que se hicieron habrá 20 delegaciones en lugar de 16. Esa no es la división ideal para mí, ni el tipo de institución política administrativa correcta; debiéramos tener municipios y estudiar muy bien cuál debiera ser su conformación en el DF.

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Por otra parte, delegaciones como Iztapalapa, por ejemplo, tienen un presupuesto muy alto en cifras absolutas, pero en relación con su número de habitantes es de los más bajos. Tenemos que revisar esto de modo que haya una distribución equitativa en función de los habitantes de cada delegación, de su necesidades de servicios y de los proyectos a realizarse.

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Cada fin de año son muy comentadas las compensaciones a los sueldos de los funcionarios del DF. ¿Haría modificaciones a las percepciones, incluida la del jefe de gobierno?
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Si el compromiso que tiene el gobierno de la ciudad con quienes le prestan sus servicios es un aguinaldo de 30 ó 40 días de sueldo, esto debería ser parejo para todos, para el que está en la jefatura del gobierno y para quien cubre cualquier otro servicio. Lo que es inadmisible es que para unos este ingreso corresponda a 40 días y para otros corresponda a 700.

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¿Usted se atrevería a calificar la actuación de Oscar Espinosa Villarreal al frente del Departamento del Distrito Federal?
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¿Atreverme a calificarla? Sí. Una gestión marcada por la corrupción, los abusos y la ineficacia.

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No sólo de política vive el hombre. ¿De qué vive el ingeniero Cárdenas? ¿Cuáles son sus fuentes de ingresos?

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De lo que tenemos en Michoacán: un rancho y algunas otras propiedades.

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¿Usted por qué cree, contra lo que afirma el partido en el gobierno, que no habría inestabilidad en caso de ganar la oposición, ya sea el PRD o el PAN?
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Habría que preguntarle a Zedillo si, en caso de que ganara un partido que no sea el de él, o alguno de los de él, emprenderá una acción en contra de ese partido que le ganó la elección. Hasta este momento no veo ese ánimo en las altas autoridades del país, pero pudiera ser que si ustedes lo entrevistan les dijera que está dispuesto a ir en contra de cualquiera que no sea del PRI, en cuyo caso habría que frenarlo políticamente. Yo no veo a nadie que esté con ánimos de ir a crear problemas por el solo ánimo de crearlos. Si una demanda tiene razón, pues hay que darle la respuesta que en razón, en justicia y en derecho le corresponde. Si una demanda no tiene razón, pues hay que explicarla y si lo que se busca es una provocación, pues hay que exhibirla.

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¿Habrá una jornada limpia el 6 de julio?
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No adelanto vísperas, pero sería generar un grave conflicto si el gobierno pretendiera atropellar el voto ciudadano. Sería ir, no contra un candidato ni contra un partido, sino contra millones de personas que están buscando un cambio para la capital y para el país.

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Si llegara a la jefatura del DF, ¿cuál sería la idea que llevaría para su primer día en el cargo?
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La misma que llevaría para los 365 días de cada uno de los tres años: trabajar para que efectivamente podamos resolver algunos problemas de la ciudad y sentar las bases para resolver aquellos que requieran políticas de más largo plazo; pensar que lo que se haga va a reflejarse en julio del año 2000, cuando yo espero que vuelva a elegirse un gobierno del PRD en el DF.

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