Barrilito es una empresa que existe desde hace más de tres siglos, pero pocos saben que vino de Alemania y ha permanecido en el mercado mexicano por cerca de 60 años. "El nombre lo puso un emigrante español a la fábrica de tijeras que fundó en el país germano a finales del siglo XVIII", comenta Ramiro Gómez, director general de la firma.
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Explica que los dueños originales experimentaron problemas tanto culturales como de distancia, por lo que decidieron vender el total de su participación a su socio mexicano.
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La organización ha vivido distintas etapas –desde el empleo de maquinaria impulsada por agua de río, hasta la tecnología de punta de nuestros días–, pero lo más importante es que ha sabido cambiar de estrategia para enfrentar la competencia. "Los artículos que llegan de contrabando de Taiwan o China, entre ellos tijeras más baratas, nos obliga a idear nuevas formas de competir con esta práctica desleal que absorbe cerca de 7% del mercado nacional", afirma Gerardo Díaz, director de Finanzas.
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"Parte de la estrategia que hemos seguido consiste en ir a las empresas que ya están establecidas, o a las que llegan de otros países; les tocamos la puerta, con lápiz y papel en mano, y les preguntamos cuáles son sus necesidades. Es así como ganamos parte de ese mercado, logrando surtir grandes pedidos a la industria maquiladora", comenta Ramiro Gómez.
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Los 600 empleados de la fábrica elaboran más de 2.5 millones de tijeras al año. De su producción exportan 14% a Estados Unidos, Inglaterra, Australia, Macedonia y Alemania.
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