México, Fondo de Cultura Económica, 1997.
-En cassete y en disco compacto.
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Los libros “sonoros”, grabados con la voz del escritor, el poeta o el ensayista, añaden valor estimativo. Son más apreciados que los que producen otras editoriales con las voces de actores y locutores profesionales. En ellos destaca la entonación que subraya el hallazgo poético de una estrofa... Aunque hay quien opina lo contrario: Pablo Neruda, en la colección pionera de la -UNAM, Voz Viva de América Latina (esa colección que reunió a poetas y narradores clave), “abolla” sus poemas con una voz opaca. En esta nueva colección del Fondo (que reúne al poeta Jaime Sabines, al cuentista Augusto Monterroso y a los difuntos Rosario Castellanos y Ramón López Velarde) hay una voz, la del poeta nayarita Alí Chumacero, que añade una dimensión desconocida a su trabajo. En los 38 poemas, removidos de sus libros Palabras en reposo, De páramo de sueños y De imágenes desterradas, Chumacero humedece sus palabras, lucha con las sílabas; doma la música de las frases o el ímpetu de sus imágenes y sale airoso con “...Antes que el viento fuera mar volcado, que la noche se unciera su vestir de luto...”, etcétera, para declamar inspirado su famoso “Poema de amorosa raíz”.