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Alejandra Barrales Magdaleno. Secretaria

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mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Un día después de su cumpleaños número 18, Alejandra Barrales hizo su primer vuelo como sobrecargo de Aeroméxico. “Cumplí mi sueño”, dice. Pero las cosas no fueron tan color de rosa. En 1988, Aeronaves de México se declaró en quiebra y todos sus empleados fueron despedidos. “Me dio mucho coraje que no nos apoyaran los líderes sindicales, y cuando nos volvieron a contratar me convertí en sindicalista para evitar que eso se repitiera.” Siete años después, Barrales ya había alcanzado la secretaría general de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación –y se había dado tiempo de casarse, con un sobrecargo de Mexicana–. Ahora tiene entre sus objetivos lograr que la nueva Aeroméxico reconozca la antigüedad de sus empleados.

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En 40 años de vida de la asociación es apenas la segunda secretaria general. Cuando asumió el puesto, los demás líderes sindicales la veían “con ternura”, sus compañeros recordaban la mala gestión de su única antecesora –“nadie se acordaba de los ocho varones que también tuvieron un mal papel”– y los representantes de la empresa parecían tener “una predisposición” a percibir a las mujeres como débiles y llenas de sentimientos.

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Tres visiones que resultaron equivocadas. Los líderes sindicales entendieron que, en muchos casos, el sindicato de sobrecargos está más en condiciones de ayudar que de ser ayudado –hace poco ASSA apoyó un movimiento del sindicato de Siemens–. Y la gestión de Barrales ahora es respetada por sus colegas y por las empresas: “Ya superamos las barreras de los prejuicios.”

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Alejandra, de 32 años, todavía tiene tarea: convencer a las compañías aéreas de que cumplan con las exigencias específicas de la mujer trabajadora. “Prefieren mujeres, pero quieren que no se casen, no tengan hijos y que no falten por maternidad.” Y no es que la dirigente busque un trato especial: “No se vale que hagan distinción del trabajo por sexo.”

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