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Algodón la nueva fiebre

Para subirse a la ola de precios históricos del algodón, México iniciará la comercialización de
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

En zonas algodoneras del norte del país, máquinas despepitadoras han sido desempolvadas en las últimas semanas. Los precios internacionales del algodón llegaron en la pasada cosecha a niveles que no habían alcanzado en 15 años: desde que empezó su escalada, el 20 de julio de 2010, cuando el precio era de 73.52 centavos la libra, la fibra aumentó su costo en 134% hasta el 3 de febrero pasado. Los pronósticos para el ciclo 2011 alientan a productores en todo el mundo.

- Mientras, en la Bolsa de Nueva York, los precios de futuros de algodón llegaron a 190.02 centavos por libra hasta el 1 de marzo pasado, su nivel más alto en los 140 años que lleva negociándose, debido a una reducción en la superficie de siembra por los bajos precios registrados en el ciclo 2008-2009 para la fibra, ciertas restricciones comerciales, la disminución de los inventarios, los cambios climáticos que afectaron las cosechas y un crecimiento mayor en la demanda de los productos textiles.

- Mientras tanto, en el ciclo 2009-2010 se produjeron 101.5 millones de pacas de algodón en el mundo, el rendimiento más bajo en seis años. Esa disminución fue de la mano con el aumento en la demanda, que alcanzó los 118.5 millones de pacas, lo cual redujo los inventarios mundiales 27.6% con respecto al ciclo anterior.

- Ante estas condiciones, algunas firmas globales de agronegocios quieren aprovechar el nuevo boom. Por eso, en las últimas semanas de enero, en las oficinas federales de la Secretaría de Agricultura, en el tradicional barrio de Coyoacán, en la Ciudad de México, un grupo de funcionarios hacía las últimas evaluaciones a la solicitud presentada por la empresa biotecnológica Monsanto para cultivar algodón transgénico en dos zonas de Chihuahua y una en la Comarca Lagunera.

- El algodón transgénico se siembra en México desde hace 16 años, pero sólo en plantíos piloto y experimentales. Los funcionarios federales tenían de plazo hasta febrero de este año para autorizar la solicitud de Monsanto y, con ello, abrir el camino para que el algodón transgénico se cultive por primera vez a escala comercial en el país.

- La semilla biotecnológica mejora la productividad 30% y su inminente aprobación para sembrarla a escala comercial hará que las hectáreas cultivadas de algodón se dupliquen en dos o tres años, calcula la industria.

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- Beneficios cuestionados
Los cultivos con semilla transgénica iniciaron en el mundo a mediados de los años 90 y a lo largo de década y media han estado limitados a unos cuantos productos, entre ellos, el algodón –una de las semillas oleaginosas de mayor peso económico–, con un valor de producción mundial calculado en 39,800 millones de dólares (MDD), después de la soya y la colza, según la compañía alemana de biotecnología Bayer CropScience.

- La semilla genéticamente modificada (GM) no está diseñada para beneficiar la planta, pero permite sembrar en surcos más estrechos y, con ello, gastar menos agua y obtener bolas de algodón más grandes, explica Jorge Medina, presidente del Consejo Nacional de Productores de Algodón (CNPA). En la cosecha del año pasado hubo productores que obtuvieron rendimientos históricos de cerca de tres toneladas de fibra (el algodón ya limpio) por hectárea con semilla GM, en campos donde el promedio en los últimos 15 años había sido de 1.4 o 1.5 toneladas por hectárea, dice Luis Arciga, responsable en México de Biotecnología de Bayer CropScience.

- México es centro de origen del algodón, lo que obliga a cuidados especiales con esta planta. En el país hay 11 especies silvestres y una domesticada. Esta última es la variedad utilizada en 95% de los cultivos comerciales del mundo, afirma Ana Wegier, investigadora del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).

- Como el resto de los transgénicos, el algodón no es aceptado por los ecologistas. En estados como Sinaloa, Baja California, Tamaulipas y San Luis Potosí los cultivos experimentales con algodón transgénico se ubican en zonas de variedades silvestres, afirma Wegier, quien además ha verificado en recorridos por La Laguna que los cultivos carecen de controles elementales, como cercos que impidan la entrada de animales y personas.

- El flujo génico del algodón (que es la transferencia o migración de genes de una especia a otra) es muy alto, lo cual facilita la contaminación de las especies silvestres con semilla transgénica, dice la investigadora. Además, asegura, una vez separada la fibra, la semilla está genéticamente activa, pero se maneja sin ningún control y se utiliza como alimento para las vacas.

- Incluso, afirma la experta, la productividad de las variedades transgénicas no está garantizada, pues el algodón tiene muchos más enemigos en México que en otros sitios que no son centro de origen, como la viruela roja, contra los cuales los transgénicos no tienen defensa y que pueden menguar una cosecha.

- Pese a los cuestionamientos, en momentos en que los precios de los commodities agrícolas andan por las nubes, el algodón luce más atractivo que nunca. Además, los inventarios en Estados Unidos bajarán al punto que tenían en 1925 y hará repuntar aún más los precios, según el estudio Supply Chain Insight. China: Center of the Cotton Market de la consultora Cotton Lifestyle Monitor.

- Organismos como Eurocoton, Turkish Textile Employers Association y National Council of the Textile Organizations, que representan a sus miembros ante autoridades u otras instancias a empresas textiles de Europa, EU, Turquía y México, no creen que la andanada de precios sea sólo por el mercado. En octubre, en una carta conjunta, exigieron a los gobiernos de sus respectivos países tomar acciones en contra del gobierno de India, el segundo mayor exportador mundial de algodón, al que acusan de restringir las exportaciones con el fin de elevar los precios, en momentos en que sus productores obtienen cosechas históricas.

- En cualquier caso, el escenario es tentador para los productores nacionales que habían abandonado el cultivo de algodón en los años 90 (por la caída de los precios) y que ahora retoman la siembra de la fibra. México tiene un peso importante en el mercado mundial. La industria nacional consume alrededor de 1.9 millones de pacas, con un valor aproximado de 1,300 MDD, de la que 70% es atendida con importaciones de EU, según datos del Departamento de Agricultura de ese país, lo que coloca a México como el noveno consumidor mundial, aunque sólo produce unas 620,000 pacas, y parte de ello se exporta a California y Arizona.

- Gracias a los altos precios internacionales, este año la producción ascenderá a un millón de pacas anuales, dice Medina, del CNPA.

- Sin mucho entusiasmo
Para las empresas biotecnológicas Monsanto y Bayer Crop-Science, el momento es idóneo para empezar a utilizar algodón transgénico a escala comercial y beneficiarse de su mayor productividad. Una semilla transgénica cuesta, en promedio, 40% más que una convencional, por el pago de derechos que exigen las compañías biotecnológicas que las desarrollan, pero a cambio los productores se ahorran la compra de fumigantes para combatir las plagas y la maleza que menguan la cosecha. La productividad con semilla transgénica pasa de 4.5 pacas por hectárea a siete pacas, acepta el presidente del CNPA.

- Un objetivo de la industria biotecnológica es acercarse a la industria textil mexicana para ofrecerle fibra certificada y acorde con el tipo de telas y ropa que demandan los mercados nacional e internacional, como telas flexibles que no se planchan, por ejemplo.

- Pero hay otra área de oportunidad porque México es el quinto mayor exportador de ropa a EU, arriba de India y Bangladesh, sobre todo de pantalones y shorts para caballero, dama y niño. Entre enero y septiembre de 2010, las exportaciones a ese país sumaron 2,654 MDD, un aumento de 4.9% contra el mismo lapso del año previo, según la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (CNIV). Además, México es el cuarto país exportador de mezclilla del mundo (una prenda que no requiere la mejor fibra), pero también de playeras y camisetas, que necesitan algodón de la mejor calidad.

- El eslabón intermedio de la cadena, la industria textil, no luce entusiasmado. Una razón central por la que prefiere importar 70% de lo que consume es que empresas comercializadoras de productores estadounidenses otorgan facilidades para pagar los pedidos a lo largo del año sin cargo de intereses. “Buena parte del algodón que compramos en el extranjero trae algún tipo de financiamiento –dice Rodolfo García Muriel, vicepresidente de la Cámara Nacional de la Industria Textil (Canaintex)–. México es predominantemente un mercado de pago en efectivo”.

- Empresas textiles mexicanas que maquilan a compañías extranjeras reciben el algodón de su cliente, pero para las que tienen producción propia y utilizan 300,000 o unos cuantos miles de pacas al año, el financiamiento es fundamental, dice el directivo de Canaintex. Y agrega que el sector está en busca de apoyo de instancias gubernamentales para poder acceder a algodón nacional a crédito, algo que no han tenido antes.

- Banderazo genético
México ya siembra y utiliza algodón transgénico. Cerca de 70% de la fibra empleada por la industria textil es algodón GM importado de EU, a la vez que cerca de la mitad de las hectáreas están sembradas con semilla transgénica. Por ahora, para poder usar esta semilla hay que obtener un permiso por ciclo y región agrícola e informar a las autoridades con la precisión de GPS (Global Position System) la ubicación geográfica de los predios que se van a cultivar. Eso permite el rastreo de la semilla desde la siembra y en toda su ruta de comercialización, además de la medición de impactos al medio ambiente y la biodiversidad.

- En la fase comercial, las empresas de biotecnología únicamente deben informar el padrón de usuarios de su tecnología, sin tener que recabar información en GPS, pero lo más importante es que los permisos para cada región son indefinidos –siempre que no se viole ninguna norma–. “Aún no está decidido (autorizar la siembra comercial), pero si la compañía cumple con las condiciones indicadas, no hay ningún obstáculo para que pasen a la etapa comercial”, adelanta Octavio Carranza, director de Inocuidad de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).

- Lo que las autoridades federales evalúan es que un producto tenga cualidades semejantes a las de un plaguicida, que el algodón no se convierta en una maleza y pueda constituir riesgos a la sanidad, como generar resistencias o modificar su acomodo genético en el campo, y que la tecnología sea efectiva conforme a lo que ofrece, explica Carranza.

- La primera tecnología para algodón GM en fase comercial es de Monsanto. En octubre pasado presentó su solicitud para sembrar en marzo sus semillas transgénicas Bollgard/Solución Faena en dos polígonos de Chihuahua y uno de la Comarca Lagunera en el ciclo primavera-verano 2011.

- “Se busca consolidar una macrorregión que abarque los tres polígonos, ya que comparten un área ecológica con similitud en ecosistemas y el tipo, calidad y cantidad de recursos naturales”, indica el documento. La tecnología de Monsanto dice que permite a la planta de algodón resistir al ataque de insectos del complejo bellotero y tolerar herbicidas que eliminan la maleza sin dañar el cultivo. Monsanto declinó hablar para este reportaje.

- La primera autorización abre la puerta a alrededor de cinco tecnologías de semilla GM, que ya pasaron por etapas experimental y piloto. “Este año estaremos sometiendo algunas solicitudes para etapa comercial”, dice Arciga, de Bayer CropScience, el otro jugador en el mercado.

- La industria anticipa que los altos precios internacionales y la luz verde a los cultivos comerciales con semilla GM serán un incentivo para los productores. El mercado para biotecnología en algodón en México podría llegar a 160,000 o 180,000 hectáreas, desde una producción actual de 110,000 y de sólo 65,000 que se produjeron en 2009, dice Arciga. En dos o tres años, los cultivos de algodón en el país podrían cubrir 300,000 hectáreas, superficie que se sembraba en los buenos años 90, dice Fabrice Salamanca, presidente ejecutivo de AgroBIO México.

- Las máquinas despepitadoras de algodón que fueron desempolvadas en Durango, Tamaulipas, Coahuila y Chihuahua no pararán en los próximos años, pues se le apuesta a una fórmula simple: si la industria textil mexicana no aumenta sus pedidos, uno de los mayores mercados, el de EU, está preocupado por el bajo nivel de sus inventarios. Y el algodón mexicano estará ahí cuando se le necesite.

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SE SUBEN A LA OLA
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- Los productores mexicanos quieren aprovechar aún más los altos precios - del algodón. Financiera Rural planea destinar 1,500 millones de pesos - este año, 50% más de lo que invirtió el año pasado en ese cultivo. “Se - trata de subirse a la ola”, dice Víctor Manuel Centeno, gerente de - Programas y Productos de Crédito Agropecuario.
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- El plan es invertir en las zonas menos tecnificadas del país, - introduciendo paquetes tecnológicos cuyo costo es de 8,000 pesos por - hectárea, que permiten la tecnificación del riego, la protección contra - plagas y el uso de semillas modificadas genéticamente para ser más - resistentes. Así, esperan romper con el típico modelo de agricultura por - contrato y subir la rentabilidad de la superficie sembrada.
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- Las principales zonas a cubrir serán Durango, que reporta un rendimiento - de 1.66 toneladas por hectárea; Tamaulipas, con 2.03 ton/ha, y Coahuila, - con 3.24 ton/ha, que están por debajo de Chihuahua, el líder productor.
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- Los productores nacionales consideran que es un buen momento para - expandir su superficie cultivable, dice Jorge Medina, presidente de - Consejo Nacional de Productores de Algodón. Se espera un aumento de 40% - para este 2011, lo que los colocaría cerca de las 180,000 hectáreas.
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- Con este incremento, que se convertiría en la mayor superficie sembrada - de algodón en los últimos 10 años, se espera que la producción nacional, - actualmente estimada en unas 500,000 pacas, se acerque e incluso supere - el millón, en un mercado como el mexicano que demanda dos millones de - pacas anuales.
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- Catalina Díaz

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