Auditores puestos bajo la lupa
“Asumíamos que un estado financiero que tenía un dictamen favorable por un auditor externo estaba bien preparado”, dice Jorge Familiar, vicepresidente de Supervisión Bursátil de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). Al venirse abajo esa suposición, con los resultados de empresas estadounidenses como Enron, que habían sido debidamente dictaminados, la autoridad perdió su fe en la autorregulación del gremio contable. En México, un organismo independiente de vigilancia viene en camino para revisar el trabajo de los auditores.
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La CNBV tenía la idea de instituir un control desde hace varios años, explica el directivo. Primero tuvo que lograr que se incluyera el control de las auditorías dentro de sus facultades, lo que se hizo con la Ley del Mercado de Valores el año pasado.
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La Comisión se preparaba para establecer un sistema de revisión entre firmas de auditores, parecido al de la unión americana y que tendría su base en el Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP), cuando los corporativos del vecino país empezaron a desplomarse. La idea del organismo independiente surgió como un mejor mecanismo.
La ley Sarbanes-Oxley, que reformó las prácticas contables y empresariales en Estados Unidos, creó tal institución en ese país. También la Organización Internacional de Comisiones de Valores se encamina hacía una recomendación similar.
El entrevistado asegura que la entidad nacional tendrá que estar libre de cualquier conflicto de interés; es decir, que sus miembros no deberán pertenecer a las firmas de auditoría. Contará con los recursos y facultades necesarias para hacer su trabajo y su equipo cumplirá directamente con las revisiones selectivas. Su elaboración, en coordinación con el IMCP, tardará por lo menos un año.