En las compañías dedicadas a la producción de equipo de transporte y autopartes, los inversionistas no han visto florecer su dinero en los últimos cinco años. El desempeño de estas empresas, en términos de valor, no ha sido favorable, sobre todo comparado con inversiones en el mercado de dinero, donde los Cetes –en promedio– han proporcionado un mayor rendimiento. Al parecer, los resultados de estas compañías han respondido a una situación de carácter coyuntural: en general, han visto reducidos sus márgenes y, en el caso de las autopartes, han sostenido pérdidas monetarias en los últimos años.
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Se trata de un sector sujeto a los vaivenes de la economía, que responde notablemente a las variaciones de la misma. Así, en general las ventas no han sido suficientes para lograr utilidad de operación, a pesar de que varias de estas empresas han reducido sus gastos y mantenido niveles de costos relativamente estables. A consecuencia de este desempeño operativo-financiero, han tenido dificultad en generar flujos de efectivo suficientes para ser consideradas generadoras de valor.
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Sin embargo, no todo el panorama es nebuloso. Aun cuando el sector ha tenido graves dificultades, las propias circunstancias han hecho recapacitar a los productores nacionales, obligándolos a reconsiderar sus estrategias de producción y de mercado, así como su vulnerabilidad hacia una competencia internacional cada día más inminente. El sector ha manifestado su intención de realizar importantes inversiones de capital para modernizar y ampliar la planta productiva ante una perspectiva de reforzar su presencia en los mercados globales.