La ley o el crédito. Si no mejora la primera, el segundo tardará en llegar, dijeron los banqueros en su reunión anual. Desde que la banca volvió a manos privadas, el tema de la seguridad jurídica ocupa un espacio en la discusión. Al tiempo en que prestaban y prestaban, los banqueros advertían que no estaba claro todavía cómo recuperarían los créditos. La crisis de 1995 demostró que tenían razón y puso sobre la mesa otro tema: tampoco se deslindaba bien la responsabilidad del que prestaba. Una vez aprobado el rescate bancario, emprendido en 1995 y 1996, la seguridad jurídica pasó de las orillas al centro de los debates. Estas fueron las preguntas de Acapulco (aparte de a qué horas jugar golf): ¿El país aprendió la lección y pondrá reglas claras para prevenir crisis bancarias? ¿El crédito se reactivará si se dan las suficientes garantías de que será posible recuperar el dinero? Días antes de la reunión, el presidente Zedillo presentó una iniciativa de Ley Federal de Garantías de Crédito, que propone que los bancos recuperen pronto las garantías, al tiempo que protege la actividad empresarial. En esta ley se dice que si el monto de las garantías no alcanza para cubrir las obligaciones, el acreditado queda libre de pagar la diferencia. Ya en Acapulco, Zedillo recomendó a los banqueros actuar de acuerdo con las tendencias de un mundo “globalizado”. Es decir, que piensen que en el planeta bancario es época de fusiones y de eficiencia.
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