Ella es la mujer que transforma la duda en visión de largo plazo. Antes de entrar a la universidad, no sabía qué quería hacer de su vida profesional: lo único que tenía claro es que la computación estaría relacionada íntimamente con todos los ámbitos. Por ello, se metió a estudiar Ciencias Computacionales, primero en el Tecnológico de Monterrey y luego partió a Estados Unidos para continuar su carrera con ayuda de una beca.
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Al terminar sus estudios, regresó a México y su primer empleo fue en Borroughs como analista de sistemas, aunque a ella lo que le interesaba era estar en el área de distribución. Le pidió a su jefe que la transfiriera, pero éste solamente se rió. Fue entonces que se fijó la meta de llegar tan lejos como pudiera. Después de ocupar diversos cargos en aquella empresa, le ofrecieron una dirección en Compaq Computer de México muy relacionada con distribuidores, así que aceptó encantada. En menos de año y medio la ascendieron a directora general, lo cual visualizó como un gran reto. Sobre todo porque sentía una responsabilidad enorme, tanto con las mujeres de la compañía, como con las de toda la industria. Pensaba que si fracasaba les cerraría la puerta a muchas de ellas... pero sucedió todo lo contrario. Después de sobrevivir a la crisis de 1995, que explotó justo cuando Bárbara Mair se puso a la cabeza, cualquier desafío ha sido un juego.
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