Depresión y emociones
¿Cuál es el origen de la depresión? ¿En qué parte del cuerpo se encuentra el motor que la alimenta? De acuerdo con recientes investigaciones, es muy probable que este padecimiento no provenga sólo de un desequilibrio químico, sino de reacciones nerviosas poco saludables en el plano de nuestra vida emocional. La solución entonces no es alterar la química del sistema nervioso, sino reparar sus circuitos psicológicos dañados.
- POSIBLES CAUSAS DE LA DEPRESIÓN
Angustia crónica
Sobreexposición al estrés. Este sistema permanece activado en personas muy susceptibles a la agresividad del entorno y en aquellas que vivieron bajo mucha tensión durante la niñez.
- En realidad, descubrir y comprender certeramente la biología de la depresión puede tomar décadas. Mientras, estos nuevos descubrimientos dan idea de cuán importante es procurar una infancia sana y relajada, y recordar que nuestro cerebro es un órgano de ánimos que es necesario afinar y revisar. Tampoco hay que olvidar que lo que pasa por el corazón en términos de emociones posiblemente repercutirá en el cerebro y otros órganos.
- DORMIR PARA VIVIR MEJOR
Para empezar, habría que cambiar de actitud y admitir que caer en un sueño profundo y restaurador durante seis u ocho horas diarias no es sinónimo de pereza ni desperdicio de tiempo, todo lo contrario: tal práctica resarce el equilibrio natural entre los centros neuronales, repone energía física y psíquica, y es fundamental para los procesos de aprendizaje y preservación de la memoria.
- Sin embargo, más de dos tercios de la población mundial se conforma con menos de seis horas. No se aprovecha el tiempo durmiendo menos: el rendimiento no es el mismo y el mal humor aumenta durante el día.
- Duerme, duerme
(cinco efectos destructivos de la falta de sueño)
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- Envejecer prematuramente.
- Afecta el funcionamiento del sistema inmunológico, nos hace más vulnerables a todo tipo de infecciones.
- Reduce las perspectivas de longevidad.
- Afecta el apetito: la fatiga provoca comer en exceso o muy poco, y el organismo no aprovecha los nutrientes.
- Expone al síndrome de fatiga crónica, que según estudios recientes incrementa el riesgo de padecer diabetes, presión arterial baja, obesidad y ataques al corazón.
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