Bueno, bonito y barato
“Barato”, era la única ventaja que podría relucir. de nada servía promocionar lo bueno y bonito del sistema. Con conflictos estudiantiles como el de 99 y la huelga de un año, no era posible refutar los clasificados de ofertas laborales como “egresados de la UNAM, abstenerse”. Ni siquiera había intentos por revivir la vieja imagen de la Universidad Nacional Autónoma de México como la mejor entidad pública de estudios superiores en Latinoamérica.
- Después de cuatro años, sus directivos están más envalentonados y hasta se animan a adjudicar la triple b a sus posgrados. Bueno, bonito y barato es una de las tantas tareas de la cirugía mayor necesaria para revertir la imagen. Y eso ya está en marcha desde hace cuatro años.
- Al margen de la distancia evidente respecto a las entidades privadas, en ese plazo la UNAM duplicó su presupuesto pasando de $8,000 millones de pesos en 1999 a $16,500 millones asignados para este año. De ese total, casi 3% se destinará a la Facultad de Contaduría y Administración (FCA) cuyos posgrados también tuvieron una transformación de fondo en sus contenidos (los cuales no se actualizaban desde 1977). Además, se destinarán este año $30 millones de pesos para reforzar los 38 posgrados de toda la universidad.
- A falta de recursos, los directivos intentan agregar valor a bajo costo. Han trabado convenios para intercambios de estudiantes y profesores con 120 universidades extranjeras, como La Complutense, de Madrid, y se crearon centros de investigación en colaboración con empresas. El estudiante de posgrado puede cursar siete materias optativas en México o fuera del país.
- La limpieza de la imagen deberá ser constante porque todavía subsisten algunos fantasmas. Más en negocios, donde la corriente económica más difundida en la institución era hasta hace unos años la marxista. Incluso sus posgrados in company no han pasado masivamente la barrera del sector público. Pemex, Banrural, Banobras o la Comisión Nacional de Agua son sus clientes en ese renglón.
- Pero para algunos no es justo que aún no se contraten egresados por supuesta falta de preparación adecuada. Una de ellas es Luisa Alva Lois, subdirectora de Promoción y Difusión en la Dirección General de Estudios de Posgrado, quien no se explica la situación si sus 232 docentes de negocios también dan o han dado clases en el ITAM, la Ibero, el Tecnológico de Monterrey u otra universidad privada. La funcionaria refuta la mala imagen con otra cifra del último informe de la FCA, presentado en 2003: más de 1,400 empresas (Banamex y Procter & Gamble, entre otras) solicitan profesionistas en su Bolsa de Trabajo.
- Cada año la UNAM realiza una Feria del Empleo en donde se logran colocar más de 2,000 estudiantes y egresados en alguna firma. “Dentro de sus especialidades existen ramas compatibles con la iniciativa privada, lo que pasa es que en las universidades particulares les ponen el nombre que el empresario desea”, comenta Alva Lois.
- Las cuotas de los posgrados son su ventaja indiscutible: $350 dólares en total gracias a los subsidios públicos, versus $7,000 dólares promedio en el Tec o en el ITAM. La UNAM ofrece tres maestrías en administración, un MBA y un doctorado, todos reconocidos por el padrón de excelencia del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
- Incluso, en posgrados de administración, la tasa de eficiencia terminal (egresados) es de 79%, muy cerca del 80% que posee el Tec de Monterrey. “Una ventaja que tenemos es el binomio investigación-docencia”, enfatiza Alva. El sistema tutorial permite un seguimiento de cada alumno mediante tres tutores especialistas en el área. Semestralmente éstos evalúan el desenvolvimiento del alumno y los avances en sus trabajos de investigación.
- Una tarea pendiente es la modalidad semipresencial. Hasta ahora un profesional no puede más que acudir al turno de noche si trabaja durante el día. Dicen que están en pleno diseño de esa variante.