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Calderón, alternativa fresca

La elección de Felipe Calderón como candidato a la Presidencia de la República, reintroduce al PA
mar 20 septiembre 2011 02:55 PM

El triunfo de Felipe Calderón Hinojosa en la contienda interna del PAN -significa mucho más que la esperada reivindicación de la corriente doctrinaria -de Acción Nacional, aquella que se reconoce en los principios fundadores de -Manuel Gómez Morín antes que en la emergencia de un pragmatismo vacío de -ideas y proyecto que llega a su clímax con Vicente Fox en la Presidencia de la -República.

- Este ingrediente es real, efectivo y determinante para explicar el desenlace -de una contienda que todavía en agosto-septiembre parecía definida a favor de -Santiago Creel, el hombre que personificaba los claroscuros del gobierno del ‘cambio’. -Sin embargo, reducir la batalla al simple cotejo de identidades ideológicas o -lealtades fundamentalistas sería hacerle un flaco favor a la inteligencia -política y sensibilidad de esa franja de la ciudadanía que perfiló desde la -primera jornada comicial (11 de septiembre) el inesperado vuelco de las -previsiones demoscópicas.

- En esta perspectiva, sería erróneo afirmar que el panismo viejo –como -antes se decía de los cristianos de pura cepa– cerró filas ante el ‘advenedizo’ -y eligió al más joven de sus pares; que el abstencionismo de los miembros -adherentes menos sectarios –según esta lógica– marcó el derrotero y -provocó el desplome de la precandidatura ‘creelista’; y que, a final de -cuentas, la militancia activa impuso el dilema fatal: preferible ‘perder’ -con Felipe que arriesgarse a ‘ganar’ –un decir hipotético– con -Santiago. En realidad no hay datos que permitan sustentar la teoría del harakiri. -Mucho más razonable sería identificar el crecimiento de los bonos de Calderón -con el declive público, notorio y contundente de la imagen de Creel en el -último trecho de su encargo en la Secretaría de Gobernación. Sobre todo -después de la escandalosa concesión de permisos a Televisa para operar casas -de juego, triste corolario a una gestión plagada de torpezas, ineptitud y -opacidad muy poco democrática.

- En consecuencia, el panismo activo y adherente no habría hecho más que -reflejar y ratificar la percepción registrada por los sondeos. De tal suerte -que sólo por una enfermiza propensión al suicidio hubieran podido elegir a un -aspirante perdedor, tercero en los encuestas y claramente a la baja. Lo -importante ahora, más allá de la necesaria cavilación retrospectiva, es que -la apuesta resultó acertada: la candidatura del michoacano reintroduce al PAN -en la batalla sucesoria y le permite albergar esperanzas. Bastante más de lo -que podía ofrecer la estrella agonizante de Santiago Creel Miranda. No hay -garantía de triunfo, por supuesto, y deberá remontar posiciones en un tiempo -récord; especialmente por la escasa presencia –identificación, conocimiento– -de Calderón entre el electorado no panista.

- Ésta sería, en términos comparativos, su mayor debilidad en la contienda -abierta. Pero se trata de una fragilidad aparente, que fácilmente podría -derivar en fortaleza: a diferencia de sus virtuales adversarios –Andrés -Manuel López Obrador y Roberto Madrazo–, el candidato blanquiazul tiene todo -por mostrar y prácticamente nada que perder; no tiene ‘cola que le pisen’ -–zonas oscuras, proclives al escándalo– y su escasa experiencia en el -ámbito administrativo –paso fugaz por Banobras y la secretaría de Energía– -lo libera de responsabilidades mayores en el desastre estructural del gobierno -foxista.

- Todo ello configura, pues, una opción fresca y potencialmente competitiva. Y -esto, al margen de preferencias ideológicas e identidades partidistas, debe -reconocerse como una alternativa digna de crédito en un ambiente enrarecido por -la falta de escrúpulos, la demagogia polarizante y las tentaciones de -restauración.

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- El autor es director de Grupo Consultor Interdisciplinario.
-Comentarios: azf@prodigy.net.mx

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