Hasta hace muy poco, la globalización era el abracadabra en los centros de decisión del mundo entero. Se le alababa como destino ineludible y como llave mágica para ingresar al progreso generalizado. Hoy, cuando estornuda algún país latinoamericano, asiático, o la misma Rusia, hay riesgo de epidemia a escala mundial.
-
Algo anda mal. Lejos todavía de conducir al desarrollo sostenido, la globalización ha abierto más rutas hacia la incertidumbre y la inestabilidad. La razón, eso es seguro, tiene que ver con su rostro más visible: los capitales que aterrizan y despegan con absoluta libertad en los mercados financieros internacionales. En sólo seis semanas, más de $15,000 millones de dólares huyeron despavoridos de países emergentes, puertos favoritos para los inversionistas institucionales que andan a la caza de elevados réditos y rápidas ganancias –pero que, ante la menor señal de tormenta, buscan guaridas más seguras–.
-
Ya basta. Es momento de poner ciertas reglas a los flujos de capital especulativo. Una y otra vez, su ingreso masivo a los mercados financieros de países en desarrollo (necesitados de recursos, sí) ha repercutido en la sobrevaluación de las monedas, lo cual propicia una estabilidad ficticia y niveles de consumo que exceden la capacidad de estas economías. Además, ante la menor amenaza de que se retiren, las autoridades monetarias recurren al alza extraordinaria de tasas de interés, interrumpiendo el crecimiento del aparato productivo.
-
¿Qué hacer? No hay respuesta fácil. Pero es indudable que ya llegó el momento de imponer ciertas restricciones al capital financiero. Si bien sería absurdo cerrar las puertas a estos recursos, es aconsejable crear un seguro de protección que garantice una mínima permanencia. Es decir, hay que aplicar un candado que penalice fiscalmente a los inversionistas que deseen retirar su dinero antes de un periodo determinado, previamente pactado. Ahí está el caso de Chile que, si bien ha flexibilizado el esquema, mantiene impuestos temporales sobre capitales financieros, el cual ha actuado como un seguro contra la vulnerabilidad provocada por presiones externas.
-
Contrario al temor de algunos de que estos impuestos paralicen la afluencia de recursos foráneos a México, los candados pueden actuar de manera directa y efectiva sobre la fuente de los desequilibrios: la fuga masiva de capitales. ¿O acaso es más adecuado que el país viva condenado a la cadena perpetua del alza de tasas de interés? Retomando el caso chileno, habría que asomarse a su Ley de Inversión Extranjera, un documento de sólo dos páginas, cuyo obvio propósito es favorecer la inversión productiva sobre la especulativa. México, sobra decirlo, debe luchar por atraer la primera.
-
El propio Fondo Monetario Internacional admite que debe revisarse el funcionamiento de los mercados financieros, abriendo espacio a la imposición de reglas prudentes y claras. La Organización de las Naciones Unidas también ha levantado la voz para que se adopten medidas a escala global a fin de evitar que la crisis financiera internacional se convierta en una recesión mundial. Y aquí es un imperativo enfatizar que, en efecto, un problema global requiere soluciones globales. La visión de corto plazo de los inversionistas institucionales ya no puede seguir poniendo en jaque el desarrollo económico de naciones que hacen grandes esfuerzos por prosperar. No hay orden sin regulaciones.
-
It’s a small world, after all.
-
Grupo Medcom adquiere CBS Telenoticias
Grupo Medcom, propietario de Grupo Editorial Expansión, llegó a un acuerdo definitivo para comprar 70% de las acciones de CBS Telenoticias, importante cadena televisiva de noticias en español y portugués con presencia en América Latina, península ibérica y Estados Unidos. Con esta operación, Medcom –que preside Clemente Serna Alvear– amplía su participación en el segmento de la producción informativa y expande sus horizontes geográficos.
-
Los editores