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Chile: la nueva niña bonita

Hoy es un país más democrático y económicamente fuerte. El siguiente paso será volverlo más ed
mar 20 septiembre 2011 02:55 PM

Es otoño en el sur, pero el sol aún brilla sobre Chile y su presidente, Ricardo Lagos. El mes pasado, Lagos, socialista moderado, se embarcó en el ultimo año de su mandato confortado por una estima popular poco habitual para alguien con cinco años en el gobierno. Una razón es que la economía, después de varios años de poca actividad, crece con fuerza una vez más. Pero hay mayores razones para la satisfacción chilena: mientras que muchos países latinoamericanos cuestionan sus perspectivas para alcanzar el desarrollo y una democracia plena, algunos chilenos sienten que ambas cosas están a su alcance. Y en toda la región, tanto los de derecha como de izquierda alaban el “modelo chileno”.

- Quizá el cambio más sorprendente es que Chile ya se ve como una democracia normal. En los 90, la coalición de centro izquierda (La Concertación) gobernó a la sombra de Augusto Pinochet de 1973 a 1990.

- La Concertación mantuvo las reformas económicas de libre mercado iniciadas por al dictadura, pero tuvo que aceptar lo que Lagos llama “enclaves autoritarios” en la Constitución. Seguramente éstos serán removidos, en una reforma que el Congreso aprobará por mayoría este año. Esta medida permitirá al presidente retirar a comandantes y abolir los nueve cargos de senadores ‘designados’ por las fuerzas armadas y otros cuerpos.

- Hoy, Pinochet es un personaje no querido e irrelevante. Su caída comenzó con su arresto en Londres en 1998 por cargos relacionados con derechos humanos. Envalentonados, los jueces chilenos decidieron juzgar a la dictadura por sus abusos: más de 300 oficiales retirados están en prisión o enfrentan cargos. Por primera vez, el ejercito admitió y se disculpó por los horrores cometidos a unas 30,000 personas. Finalmente, la denuncia de que Pinochet tenía varios pasaportes y que con su familia poseían 128 cuentas bancarias en Estados Unidos, desestimaron su imagen de haber sido un servidor público desinteresado.

- Al mismo tiempo, ha habido un “cambio cultural amplio” en una sociedad muy conservadora, afirma Lagos. Se refiere a la aprobación de la ley de divorcio y a la abolición de la pena de muerte. Quizá el signo más tangible de los nuevos aires que corren en Chile es, si las encuestas son correctas, que los chilenos elegirían a Michelle Bachelet como sucesor de Lagos en las elecciones de diciembre. Hace años, esta opción sonaba impensable por diversos motivos. En primer lugar, una victoria de la señora Bachelet, de extracción socialista, significaría un cuarto mandato consecutivo de La Concertación. Segundo, en una sociedad históricamente dominada por hombres, su único rival dentro del partido es otra mujer, Soledad Alvear. Tercero, Bachelet, pediatra de profesión, tiene un historial poco convencional: su padre, general de la fuerza aérea, murió luego de ser torturado por la dictadura. Tiene tres hijos de dos hombres diferentes, y no vive con ninguno de los dos.

- Michelle Bachelet fue ministra de Salud y de Defensa con Lagos y su ascenso ha sido veloz. No ha sido puesta a prueba como política. Su popularidad surge de una demanda por mayor apertura e igualdad ante la ley, dice Marta Lagos, de la encuestadora chilena mori.

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- La ley fiscal
Quien gane enfrentará grandes desafíos, especialmente en el ámbito económico, cuyo crecimiento depende del cobre, que en 2004 significó 45% de las exportaciones y cuyo precio alcanzó niveles récord.

- Pero hasta los opositores del gobierno remarcan su manejo de la economía. Como sucedió en el resto de América Latina, a fines de los 90 Chile padeció las oscilaciones de los inversiones.

- Pero su economía se sostuvo mucho más que la del resto de la región. El año pasado, comenzó a crecer con fuerza, gracias a dos décadas de política macroeconómica estable, y en especial, a la política fiscal contraciclos de Lagos.

- Esta política tiene la forma de una ley fiscal que requiere que el gobierno tenga un excedente fiscal de 1% del PIB cuando la economía crece a su máximo potencial y cuando el precio del cobre está en el promedio esperado a largo plazo. Hoy Chile tiene la mejor clasificación para crédito de Latinoamérica, la deuda pública es sólo 12% del PIB, y (a diferencia de sus vecinos) el gobierno enfrentó la recesión gastando más sin desestabilizar los mercados financieros.

- Chile crecerá al menos 5.5% por año hasta 2007, dice Nicolás Eyzaguirre, ministro de Finanzas. Si esto se mantiene otros diez años, Chile habrá alcanzado el nivel de ingreso per cápita que actualmente tienen Portugal o Grecia. Pero, ¿podrán mantener este nivel?

- Algunos chilenos acusan a La Concertación de la caída de la tasa de crecimiento económico anual, de 7% en los 90 a 5% hoy. Una ley que otorga más derechos a los trabajadores es considerada la causa de la tasa de desempleo de 9%, y de despojar a mujeres y niños de fuentes de trabajo.

- Pero Vittorio Corbo, presidente del (independiente) Banco Central dice que, después de un periodo de atraso, la economía está creando fuentes de trabajo con rapidez.

- Educación pobre
Para que Chile siga prosperando, debe diversificar sus exportaciones. Para ello, Lagos ha firmado acuerdos comerciales con Estados Unidos, la Unión Europea y Corea del Sur. Pero para aprovecharlos, necesita ser más eficiente. Un estudio de la industria de la carne de McKinsey, detectó que una hacienda chilena es sólo 12% tan productiva como su par en Estados Unidos.

- Estudios del Banco Mundial demuestran que Chile no es un país muy innovador. El gasto en investigación y desarrollo ha aumentado, pero es sólo 1% del PIB. A diferencia de otros latinoamericanos, Chile tiene un sistema de innovación nacional. Hay dos instituciones públicas, CORFO y ONICYT, que dan becas y préstamos por $300 MDD anuales para universidades y empresas. El gobierno sostiene que los países que Chile quiere imitar, como Nueva Zelanda, Irlanda o Finlandia, tienen políticas públicas para investigación e innovación. El conflicto en Chile es que universidades y empresas no trabajan juntas.

- Otro problema importante es la educación. La cobertura se ha ampliado pero no la calidad. En la actualidad, 75% de los estudiantes completan la educación secundaria, en comparación con 50% que lo hacía en 1990. Pero el alumnado chileno tiene un rendimiento bajo en evaluaciones internacionales, aunque no más bajos que los mexicanos y argentinos.

- El tercer debate es el de la desigualdad y la pobreza. La pobreza bajó abruptamente (de 39% en 1990 a 19%), pero la distribución de ingresos sigue siendo más dispareja que en Grecia o Irlanda. Lagos confía en que una mejor educación achicará la brecha.

- Hay muchos factores tras el éxito chileno, que incluyen el historial de sus instituciones sólidas, su geografía compacta y un pueblo étnicamente homogéneo. Pero algunos aspectos del ‘modelo chileno’ tienen aplicaciones más amplias. Una es un grado importante de consenso político. Otra es un fuerte respeto por los roles del mercado y el Estado.

- Se necesita del “crecimiento acompañado por políticas sociales”, dice Lagos. “Cuando la gente no ve los frutos del crecimiento, eso conduce al populismo”. Chile ha logrado mucho. La prueba será transformarse en un país desarrollado llegará cuando el cobre vuelva a su valor real.

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