La alarma por el terrorismo comienza a endurecer las políticas multilaterales del comercio. Recientemente la Organización Mundial de Aduanas (OMA) –agrupando a 166 naciones, entre ellas México, que significan 99% del intercambio global–, dio a conocer en su sede de Bruselas cuatro iniciativas contra el terrorismo y la delincuencia.
- Todas las naciones integrantes de la OMA deberán cumplir a la brevedad cuatro metas: armonizar el formato de la declaración de carga que debe ser transmitida electrónicamente a su llegada, salida y en tránsito; poner en marcha análisis de riesgos “coherentes” sobre qué fronteras o qué mercancías deben controlarse más; la utilización de equipos modernos de revisión radiográfica, y el otorgamiento de privilegios aduaneros a las empresas que cumplan ciertas reglas de certificación en seguridad de la cadena logística.
- Tales normas cubren todos los modos de transporte y cada socio las pondrá en vigor de acuerdo a sus capacidades y, en su caso, con la ayuda técnica del organismo. El director general de la OMA, el francés Michel Danet, señala que ésta es “la mejor estrategia global”.
- No todos concuerdan. La Cámara de Comercio y de Industria de París señala que esa normativa está inspirada en programas estadounidenses como el C-TPAT (Customs Trade Partnership Against Terrorism, destinado a asegurar las importaciones marítimas de 36 puertos extranjeros), que han mostrado ser un verdadero “obstáculo” burocrático.
- Respecto a la seguridad también hay dudas: los programas de C-TPAT y CIS (Conteiner Security Iniciative), en junio fueron calificados de ineficientes por un órgano de investigación del Congreso estadounidense. Los contenedores de menos de 600 importadores certificados, de 5,000 existentes, entre ellos las firmas Wal-Mart o Home Depot, han sido inspeccionados por agentes de la US Customs. Tanto Danet como Robert Bonner, director del US Customs, admiten que “no hay reglamentación que proteja 100% al mundo de los terroristas”.