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Con sabor a mar

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mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

A tres años de haber abierto con gran éxito el restaurante Zío, los jóvenes empresarios Alberto y David Corona inauguraron Balzar, un espacio que nació luego de analizar los gustos y preferencias de sus clientes y amigos.

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Ubicado frente al Zío, en la parte alta de Masaryk –la concurrida avenida de la Ciudad de México–, Balzar es, a decir de sus dueños, una mezcla de oyster bar y bistró francés; la decoración es informal, un sello característico de esos lugares. Si bien el espacio es pequeño, los espejos ayudan a dar la sensación de mayor amplitud; pero ¡ojo!: las mesas se multiplican sólo virtualmente, por lo que es recomendable hacer reservación.

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A la cabeza del equipo culinario está el renombrado chef Antonio del Rivero, quien diseñó una carta pequeña pero muy variada. Es posible elegir desde los típicos platos de mariscos frescos, como ostiones, almejas, cangrejo o langosta (todos traídos diariamente desde Baja California, dato importante para poder disfrutarlos con tranquilidad), hasta platillos típicamente franceses, como el steak tartare, el entrecôte con papas o la sopa de cebolla al gratin.

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Un detalle original son los pizarrones en donde se apuntan las sugerencias y los platos del día. A la hora de elegir vinos, la carta también es variada aunque predominan los franceses.

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¿Los platillos más recomendables? Los camarones para pelar, muy jugosos y frescos, y la bouillabaisse Balzar, una receta de la casa que es una sopa de pescado con jitomate, azafrán y poco caldo (cae de maravilla en estos días de frío). El robalo en costra de macadamia es un platillo muy original y la gallinita horneada está bien preparada considerando que no es sencilla de cocinar. El sandwich de cangrejo suave, acompañado de papas fritas, también es una muy buena opción.

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En cuanto a los postres, podrían mejorar un poco. Por ejemplo, el pastel de chocolate ¡Big mistake! sabe bien, pero no tiene chocolate derretido en el centro, que es el detalle que le da todo el chiste a este “pecaminoso” postre. Si se resiste ante tamaña tentación, entonces pruebe una rica crème brûlée.

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Por último, vale mencionar que el servicio es amable y con buena disposición (Michele, el gerente, está siempre pendiente del buen funcionamiento de su equipo). De la concurrencia, la mayoría es gente joven, que gusta de comer bien en el lugar de moda.

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