El caso era poco común: una empresa mexicana, Grupo Modelo, conseguía resultados importantes en su ataque al mercado de Estados Unidos. En 1987, la compañía vendía diariamente en territorio del vecino del norte un promedio de 1.6 millones de botellas de cerveza. La respuesta de los consumidores colocó al consorcio en el segundo lugar de las cervezas importadas en la unión americana (19.2% de participación de mercado, sólo detrás de Heineken). De las exportaciones mexicanas de cerveza, contribuía con 73.4%.
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Lo que se anunció como una gran esperanza, con el paso de los años se convirtió en un caso ejemplar dentro de un país en el que las exportaciones dejan de ser un suceso extraordinario. Modelo vende al extranjero cinco de sus 10 marcas y es la octava productora de cerveza en el mundo.
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La aventura en Estados Unidos ha brindado mayores frutos: 90.7% de las exportaciones de Modelo se realizan hacia ese mercado y el de Canadá. Por cuatro años consecutivos, Corona Extra se ha mantenido como la cerveza importada de mayor venta en tierras del tío Sam. Y la contribución del corporativo a la industria cervecera nacional ya es vital. Por ejemplo: durante 2000, el sector mexicano en su conjunto exportó 10.3 millones de hectolitros de cerveza; Modelo aportó 8.6 millones de hectolitros.