En los pleitos de familia muchas veces lo mejor es cortar por lo sano, separarse y seguir solos por la vida. En el caso de Andersen Worldwide, clan de talla mundial dedicado a la consultoría y la auditoría, la decisión ha sido tomada, y ahora dos de sus hijas viven aparte. Las hermanas en cuestión son Andersen Consulting (dedicada a la consultoría) y Arthur Andersen (auditora). Pero ¿qué problema las orilló a separarse?
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Juan Carlos Prieto, socio director de Andersen Consulting en México, aclara porqué tomaron la decisión de solicitar un arbitraje que dividiera a la familia. “A partir de un determinado momento nosotros pensamos que Arthur Andersen estaba empezando a actuar en la parte de consultoría y eso no era lo que estaba previsto. No nos parecía bien que montara su propia consultora”, explica.
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La relación entre ambas funcionaba con el siguiente acuerdo: Si alguna de las dos ganaba menos en su operación, la otra estaba obligada a compensar, mediante una transferencia de pago, con lo cual se evitaría que una fuera gigante y otra enana. Pero según comenta Prieto esto no se cumplió. “Nosotros estábamos transfiriendo pero resulta que a estos señores les estábamos dando el dinero y estaban creando una consultora.” De ahí que resolvieran iniciar un proceso de arbitraje ante la Cámara Internacional de Comercio, que al final determinó hacer válida la decisión.
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Ahora en su nueva vida independiente Andersen Consulting mira lejos para adelante. “Ya no tenemos limitaciones. Somos libres para entrar mucho más en el negocio. Vamos a pasar este año de 1,300 socios a 2,500”, enfatiza el directivo.
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Desde el 7 de agosto Andersen Consulting no se preocupa por pagar las transferencias de recursos de antes. “Somos totalmente libres. A veces no nos la creemos”, dice Prieto. La consultora tendrá que ocuparse, por lo pronto (obligada por el arbitraje), a encontrar un nuevo nombre para la compañía, a más tardar a fines de este año.
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