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Democracia

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mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Escribo estas reflexiones antes del 2 de julio. Me doy cuenta de que lo que ocurra en esos comicios será el tema fundamental de discusión en el momento en que usted lea este artículo. No puedo escaparme del asunto, aunque haya que escribir sobre él por adelantado.

- No sé quién haya ganado la elección. A final de cuentas, no creo que importe demasiado. Las encuestas de opinión disponibles en el momento de escribir este artículo arrojan resultados contrastantes y márgenes de ventaja de sorprendente diversidad. En parte esto se debe a que las encuestas son utilizadas cada vez más como estrategias para presentar a los candidatos con imagen de vencedores en lugar de como instrumentos para medir la posición relativa de los candidatos.

- Lo que sí puedo señalar es que el 2 de julio nos estamos jugando algo mucho más importante que el resultado de una simple elección. Está en juego el futuro mismo de nuestra nación.

- Los mexicanos hemos apostado mucho a la edificación de un sistema realmente democrático. Desde la reforma política de 1977 hasta la de 1996 el país ha dado pasos importantes en la construcción de la democracia.

- El primer triunfo de un partido de oposición en una elección al gobierno de un estado ocurrió apenas en 1989, 165 años después del inicio de nuestro régimen republicano. Es muy triste que haya tenido que pasar tanto tiempo para que sucediera algo normal en la vida de cualquier democracia. Desde entonces las cosas han cambiado de manera radical. La oposición gobierna hoy 49% de los municipios, 40% de las entidades y más del 50% de las capitales estatales. Además, el PRI es minoría en la Cámara de Diputados. Ciertamente ya no se puede decir que este partido tenga un monopolio del poder.

- Ha habido en la campaña del 2000 numerosas historias sobre compras de votos y presiones a los electores para que sufraguen por el PRI. Debo suponer que muchas de ellas son ciertas. Pero también es verdad que los intentos conocidos de manipulación electoral, por lo menos hasta escribir esto, han sido relativamente menores.

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- La oposición comenzó a preparar el campo para sus posibles protestas postelectorales mucho antes del 2 de julio. Fox sentenció que no reconocería una derrota de menos de 10 puntos porcentuales. Cárdenas recordó que fue objeto de un aparente fraude en la elección de 1988.

- Ahora bien, no sé si en el momento en el que usted lea esto habrá ganado Fox o Labastida. Tampoco sé si la derrota de alguno habrá levantado protestas postelectorales. Pero lo que sí sé es que si estas protestas han tenido lugar le harán un daño inmenso a nuestro país.

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