‘Deshuesadero’ Aéreo
Durante los últimos meses del año pasado, el director jurídico de Aeroméxico, Edmundo Olivares Dufóo, trabajó casi 24 horas al día. Revisaba los pormenores legales de la disolución de los tres negocios que la empresa sostenía con Mexicana de Aviación, que el 6 de septiembre de 2010 entró en concurso mercantil.
SEAT-Sicopsa, Aeromexpress y Alas de América, las tres empresas que compartían las aerolíneas, le reportaban ingresos millonarios: tan sólo Aeromexpress, el negocio más rentable, facturó 2,000 millones de pesos en 2010.
La meta de Olivares Dufóo era recuperar y fortalecer estas fuentes de ingresos para su empresa.
El primer paso fue en el negocio de carga aérea. Aeroméxico Cargo sustituyó las operaciones de Aeromexpress, y hoy rebasa incluso las propias expectativas de la compañía: se estima que este mismo año, elevará de seis a 12% su aportación a los ingresos totales del grupo.
La recién formada subsidiaria, dedicada a los servicios de carga y de fletamento, realizará sus operaciones de tierra a través de un tercero para bajar sus costos.
Entre abril y junio de este año, la aerolínea echó a andar las operaciones de su nueva subsidiaria de servicios en tierra, Aeroméxico Servicios, que remplazó a SEAT, en la que presumió un contrato colectivo de trabajo más liviano.
Ante una maltrecha Mexicana, Olivares Dufóo, acompañado por el director de Finanzas de la empresa, Ricardo Sánchez Baker, negoció además la compra de Alas de América -hoy Aeroméxico Capacitación-, un centro de entrenamiento de personal especializado (pilotos, oficiales de operación, mecánicos y sobrecargos), que servirá de soporte a sus planes de expansión con reducción de costos.
La presentación ante el mercado de los nuevos negocios -y de los resultados obtenidos en sus cortas vidas- está prevista para finales de julio o principios de agosto.