Difícil amanecer tapatío
Tradicionalmente, la Ciudad de México y Monterrey han destacado como sedes de la mejor y más amplia oferta de escuelas de negocios. En cambio, y no obstante la relevancia económica de Guadalajara, los centros de educación superior en esta metrópoli han puesto menos atención a las necesidades de sus empresas de la que cabría esperar. Ha habido cierto adormecimiento, reconoce Raúl Santamarina, director general del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE), sede Guadalajara.
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En los últimos años, sin embargo, han aparecido señales de un despertar. Las opciones de planes de estudios relacionados con los negocios se multiplican. Para Santamarina se trata de un cambio revelador: “En la medida en que ahora se ve una mayor oferta quiere decir que hay una demanda y que estamos respondiendo al mercado.” El reciente arribo a la capital tapatía de la industria maquiladora y de compañías multinacionales ha operado como detonador de esa demanda, explica Jaime Navarro, director de la Escuela de Graduados en Administración y Dirección de Empresas (EGADE) del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), campus Guadalajara. “Con la consolidación del Valle del Silicio, esas empresas apuestan a sus directivos medios a efecto de que tengan una superación constante.”
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También firmas locales, institucionales y familiares, han contribuido a este despertar.
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Como en botica
Quien maneja el concepto de escuela de negocios desde una perspectiva más amplia es la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG). Ofrece carreras cortas, que se imparten en el Colegio de Negocios de la Universidad en la Comunidad (Unico) siguiendo el modelo del Community College de Estados Unidos, ocho opciones en el nivel de licenciatura y dos en posgrado. Las sesiones en las aulas deben complementarse con prácticas profesionales, que en el caso de los estudiantes de licenciatura han de sumar 360 horas, y 180 para los del sistema Unico, expone su director José Manuel Muro.
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La más destacada en el abanico de opciones de la UAG es la Facultad de Administración, donde se pone especial énfasis en que el alumno adquiera un razonamiento estratégico que le permita detectar oportunidades de negocio y desarrollar habilidades para la innovación, la toma de decisiones y el liderazgo, explica Gustavo González, su director.
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Además de maestría en administración (con especialización en mercadotecnia, finanzas, recursos humanos y alta dirección), esta universidad también ofrece una maestría en administración internacional, cuyas materias son impartidas en inglés por profesores de la Central Michigan University, institución que también otorga el grado, señala Mauricio Alcocer, director de Estudios de Posgrado.
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El otro gran formador de hombres de negocios en Guadalajara es el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), cuyo mayor distintivo es acentuar en sus planes de estudio el interés por formar emprendedores. Y tal parece que los resultados han comenzado a aparecer. “La mitad de los alumnos del octavo semestre de la carrera de administración ya tiene su propio negocio”, asegura Sara Ortiz, jefa del departamento de Economía, Administración y Finanzas de esta universidad jesuita –que pronto hará una revisión de sus planes de estudio–
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Aunque el interés en que haya más emprendedores no es exclusivo del ITESO, sí lo es su concepción de que sus cursos deben tener un sentido de vocación social y de servicio, según dice Francisco Núñez, asesor de la Dirección General Académica. “Hay que formar líderes preocupados por su entorno y con una visión transformadora”, opina. De igual modo, en el enfoque de los proyectos de investigación de la maestría en administración se procura que el alumno “cumpla con la función de ayudar a su comunidad”, secunda Ortiz.
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Tal espíritu emprendedor y de liderazgo participativo es posible encontrarlo en los planes de estudio de negocios de la Universidad del Valle de Atemajac (Univa), también de inspiración cristiana. Una peculiaridad de esta institución es que en ella se ofrecen el posgrado en desarrollo organizacional y humano (único en México), así como el Global MBA, un programa a distancia que ofrece desde 1998 en coordinación con la National University de San Diego, California.
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Tan sólo tres de los 12 módulos del programa se imparten mediante clases presenciales, explica Rocío Garmendia, jefa del departamento de Posgrado de Ciencias Económicas y Administrativas de la Univa, en tanto que en los módulos restantes se emplean herramientas como el CD ROM interactivo, las teleconferencias y la tutoría a distancia. “Esta mezcla de tecnologías hace que el alumno avance a su particular ritmo, por lo que es ideal para altos directivos y empresarios que tienen poco tiempo para asistir a la universidad.”
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En la Escuela de Graduados en Administración y Dirección de Empresas, presente en la región desde 1977, la piedra angular es el desarrollo de competencias humanas y operativas. Se inscribe en una economía de red, por lo que sus alumnos son habilitados tecnológicamente a través de clases virtuales y expuestos a ambientes internacionales, ya sea mediante cátedras de profesores visitantes del extranjero o con la opción de cursar el segundo grado de la maestría en la Universidad de Alberta, en Canadá. Sin embargo, Navarro advierte que el campus tapatío del Tec de Monterrey también ha servido de laboratorio para probar nuevos esquemas, como el de la especialidad en dirección de negocios familiares, un programa informal que reconoce la naturaleza del empresario de casa y que la EGADE ofrece desde febrero.
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En cuanto al IPADE, este es el mejor año que ha tenido desde su llegada a Guadalajara, hace 21 años. Por vez primera, asegura Ramiro Ochoa, director adjunto, el instituto tiene el cupo completo en los distintos programas de dirección de empresas. Uno de esos programas es el master denominado MEDEX, que emplea el método casuístico, un sistema que se ajusta a las necesidades particulares de la región, de modo que permite contar con herramientas prácticas, a decir de Santamarina. Otro sello particular del master es que el grupo de mentores está formado por empresarios locales, que viven situaciones similares a las de sus alumnos, a quienes dan un seguimiento personal.
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La hora de la verdad
Pero, ¿qué posibilidades reales tienen de colocarse en el mercado los egresados de estas escuelas de negocios que aseguran formar lo mejor posible a sus alumnos?
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“Los egresados de la Univa son muy bien recibidos en el ámbito laboral”, asevera Núñez, quien muestra un estudio de la agencia Bimsa donde se establece que, después del Tec, los empresarios de Jalisco prefieren tener personal administrativo egresado de la Universidad del Valle de Atemajac.
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El estudio no convence a Ortiz, del ITESO. Para la jefa del departamento de Economía, Administración y Finanzas un buen indicador es la bolsa de trabajo de esta universidad. Pero, en general, cada institución se empeña por aparecer como la preferida por las empresas, e incluso hay quienes aducen que las compañías son las que posiblemente no estén preparadas para recibir a sus estudiantes.
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Es Javier Limón, presidente de la Asociación de Relaciones Industriales de Occidente (ARIOAC), quien pone el alto a esa controversia. Él no percibe que las empresas tengan una marcada preferencia por los egresados de una u otra institución, dado que su preparación puede llegar a ser muy similar. En todo caso, acepta, “lo que marca la diferencia son las habilidades personales”. Por lo regular, los egresados salen al mercado laboral con mucha teoría y poca práctica: “Son las empresas las que terminan de formarlos”, abunda, y lo hacen conforme a su particular cultura organizacional y proceso de trabajo. Según él, pese a que hay buenas opciones en materia de posgrado dentro de Guadalajara, el mercado está demandando perfiles de mayor calificación. Algunas compañías, definitivamente, han tenido que buscar estos talentos en algunas otras localidades, señala.
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La prueba para las escuelas de negocios tapatías, por lo tanto, aún no termina.