El New York Times anota que cada mes Gregorio Lázaro y sus dos hermanos, trabajadores inmigrantes estiran sus modestos salarios ($600 dólares) para enviarlos a sus parientes en México. Por años una buena parte de sus ahorros se pierde entre California y Tepatlaxco, al sur de la Ciudad de México. La razón es que las empresas de envío de dinero los toman como honorarios (cargos por cuotas de intercambio de moneda) en perjuicio de los inmigrantes. Estas tarifas, explica el periódico neoyorquino, totalizan en muchos casos 10% o más del dinero enviado. En el último año los trabajadores inmigrantes mandaron más de $17,000 millones de dólares a sus casas, casi el doble que en 1991, según datos del Departamento de Comercio de Estados Unidos, señala el Times.
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