Dulce victoria
Son pocas las firmas que descubren oportunidades inexploradas en un mercado donde el desarrollo empresarial es tan fuerte como en Brasil. Es el caso de Grupo Lorena, que encontró en ese país un nicho de mercado literalmente desierto. Sus crayones con pasta de sabor frutal no tienen competencia directa en las tiendas de aquel país.
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Así se explica su desarrollo casi maratónico. Comenzó exportando hace tres años pulpa de frutas (fresa y uva), a través de la compañía Simas, que vendía caramelos macizos. Llegaron a enviar $700,000 dólares anuales en mercadería.
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En marzo de 2001 la empresa de Guadalajara se independizó y 15 meses después instaló su primera planta de producción (de 1,000 metros cuadrados) fuera de México. Desde julio pasado elabora cerca de 5,400 unidades diarias de productos que se distribuyen en los cuatro estados principales en cuanto a consumo del país sudamericano. El rumbo del negocio es tan optimista que para el año próximo prevén colocar $5 millones de dólares en dulces en ese país, lo que representará 12.5% de las ventas totales de la empresa.
Además, el grupo analiza la posibilidad de comenzar a fabricar en Brasil los productos que hoy exporta a Centroamérica, "porque el costo de la materia prima, principalmente azúcar, es hasta 25% más barato que en México", anticipa Fernando Topete Dávila, presidente de Lorena.
En tanto, la mexicana Super Sopas también hará su aventura en tierras brasileñas, pero intentará una estrategia gradual, porque allí las sopas instantáneas y los consomés abundan. Por eso, el año próximo ingresará primero produciendo refrescos en polvo para una cadena detallista. "Encontramos un nicho de mercado en las marcas privadas de los supermercados; una vez que tomemos cuerpo, tal vez ingresemos con nuestra marca y luego con sopas", dice Bernardo Garden, gerente de comercio exterior.