Tras la crisis financiera de 1995, Grupo Industrial Hakim, el constructor de la Terminal Internacional del Aeropuerto de la Ciudad de México, se había quedado colgado de la brocha. Sumida en deudas, con atrasos en las obras y con su presidente Alfredo Hakim enfermo y perseguido por la Secretaría de Hacienda, la empresa declaró la suspensión de pagos en 1996 y, según su director Jorge Hakim, estuvo a punto de perder las ilusiones.
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Pero alguien llegó a poner un banquito para que la firma se levantara de nuevo sobre sus pies. El grupo Advent, representado en México por Juan Carlos Torres, aportó $48 millones de dólares para pagar las deudas de Hakim con 250 acreedores. “Es la primera suspensión de pagos que se resuelve pagando y no con convenios”, explica Jorge Hakim. El grupo quedó “sin litigios pendientes”.
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No será gratis. Advent se quedará con el control accionario de Fumisa, la inmobiliaria de Hakim encargada de las obras. Jorge Hakim será sustituido por Víctor Labadié en la dirección.
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Hasta el momento se han invertido $100 millones de dólares en la terminal y se espera que los nuevos socios destinen otros $30 o $35 millones para terminar un hotel y un nuevo módulo con ocho “posiciones” (lugares para aviones).
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Jorge Hakim dice que la Secretaría de Hacienda actuó “conforme a derecho” al exigir en 1996 el pago de impuestos a su hermano Alfredo, quien se amparó y logró que se levantaran las querellas a principios del año pasado. Pero no es tan conciliador cuando explica las causas de la suspensión de pagos. Según su versión, la devaluación de 1994 disparó los costos financieros. El problema se agravó por los constantes cambios de planes, por parte de los directivos de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA). “Estuvimos un año con las obras paradas, mientras decidían qué determinación tomar”. Así era imposible rentar los locales y recuperar parte de los costos.
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La alianza con Advent podría permitir a Hakim participar en nuevas obras en otros aeropuertos del país. Jorge Hakim ve en esto una moraleja: “Quiero que quede claro que el proyecto era viable. Tomamos esta asociación porque no había capital en México”.