Unas horas después de rendir su iii Informe, el presidente Vicente Fox pasó del dicho al hecho: anunció cambios en su gabinete. Desde el 2 de septiembre Felipe Calderón ocupa la Secretaría de Energía, Alberto Cárdenas es secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Luis Pazos llega a la dirección de BANOBRAS y José Luis Luege Tamargo es procurador de Protección al Medio Ambiente.
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En el primer tramo de su mandato, los cambios le habían sido impuestos. Jorge G. Castañeda se cansó de decir que dejaría la Secretaría de Relaciones Exteriores (estaba aburrido); Francisco Barrio y Juan de Dios Castro abandonaron sus cargos para llegar al Congreso; Tomás Ruiz, ex subsecretario de Hacienda, salió de BANOBRAS para buscar la gubernatura de Veracruz; Leticia Navarro se cansó del fuego amigo.
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Finalmente el mandatario toma la iniciativa. A la salida de Víctor Lichtinger de la Semarnat, el boletín de la Presidencia le da el carácter de remoción. Ya no se trata de aceptar su renuncia –como ocurrió todavía en el caso de Guido Belsasso–, ahora es el cese fulminante y envía un mensaje: no se tolerarán más conflictos dentro de su equipo ni manejos irregulares.
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El cambio más interesante es el reemplazo de Ernesto Martens, quien fuera director de Vitro. A su lugar llega Felipe Calderón, un político joven (41 años), con sólida formación de abogado y posgrados en el ITAM y Harvard.
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Su arribo al gabinete expresa la decisión del Presidente de reconstruir la relación con el pan. Hace unos meses, su designación como director de Banobras envió una señal negativa a ese instituto político: una de sus figuras mayores –hijo de uno de los fundadores, ex presidente nacional y ex coordinador de sus diputados–, apenas merecía un puesto en las ligas menores.
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En momentos en que Fox necesita urgentemente el apoyo de su partido, Calderón será una pieza clave para el acercamiento con la clase política panista. Por otra parte, su mezcla de experiencia legislativa y capacidad operativa anticipa mejores condiciones para avanzar en la reforma eléctrica.
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Sus habilidades políticas dotarán de autoridad a la Secretaría de Energía, donde los hilos parecían sueltos. Calderón tiene los atributos para tutelar a Raúl Muñoz Leos (Pemex) y a Alfredo Elías Ayub (CFE), lo que no estaba ocurriendo con Martens.
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Finalmente, hay otro impacto relevante en este ajuste. La llegada de Calderón al gabinete amplía la baraja del pan de cara a la sucesión presidencial.
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En los próximos meses sabremos si el golpe de timón naufraga entre titubeos o esta vez va en serio.
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*El autor es director de Grupo Consultor Interdisciplinario.