Si usted es de los que se ponen nerviosos cuando viajan, Los Angeles Times acaba de publicar un reportaje con nuevos motivos de preocupación: al salir de su país, los empresarios corren más riesgo de que alguien les robe sus secretos.
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Profesionales del contraespionaje cuentan que quien quiere un secreto puede poner cables en los cuartos de hotel, interceptar correo electrónico, grabar conversaciones y robar equipo de cómputo.
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Hasta se ha llegado a sustituir a los sobrecargos de un avión comercial, para escuchar a los ejecutivos, según confesiones de un agente francés.
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