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El genio de la política

Una verdadera transición a la democracia pasa por la transformación del Poder Legislativo.
mar 20 septiembre 2011 02:55 PM

Imagínese que cualquier día se le apareciera el “genio de la política” y sólo le pudiera conceder un deseo. ¿Qué le pediría? ¿Qué reforma estructural desearía para seguir avanzando en nuestro proceso de transición? Habría que pensarlo muy bien, porque sólo tendríamos esa oportunidad.

- Algunos le pedirían que se aprobara la reforma en materia de energía; otros, tal vez, la reforma laboral; quizás algunos solicitarían la llamada reforma del Estado –la cual incluye muchas reformas en específico y que por lo tanto el supuesto genio de la política argumentaría mayor precisión en la solicitud–; otros, muy probablemente, demandarían que se discutieran por lo menos algunas de las cientos de iniciativas que se encuentran en la “congeladora” de la Cámara de Diputados... en fin, que habría mucho que pedir y, seguramente, tampoco fácilmente podríamos ponernos de acuerdo para tal efecto.

- Hace poco tiempo, el Ejecutivo envió al Legislativo su propuesta de reforma electoral –parte de la llamada reforma del Estado–.

- En ella se somete a la consideración del Congreso una serie de cambios entre los que destacan otorgar mayores facultades al IFE para requerir cuentas a los particulares que tengan que ver con el financiamiento de campañas electorales; reducir el financiamiento público formal y proporcional a dichos partidos; disminuir el número de días de campaña electoral para todas las elecciones; y alinear los comicios de todo el país al primer domingo de julio del año correspondiente.

- Ciertamente la reforma propuesta por el Ejecutivo es importante, pero desgraciadamente no es suficiente. En todo caso es una iniciativa que en sí misma es indiscutible y hasta deseable, pues mejoraría en mucho el proceso electoral, sus instituciones y sus prácticas de financiamiento y gasto electoral.

- Sin embargo, carece de la profundidad y alcance que representaría una reforma que incluyera la reelección inmediata de legisladores. ¿Sabía usted que en el mundo democrático sólo quedan dos países que no permiten la reelección y uno de ellos es México?

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- En nuestro proceso de transición hacia la democracia debemos apostar por la reelección, por lo menos a nivel legislativo.

- Requerimos profesionalizar a los encargados de la generación de las leyes, pues con un periodo de tres años es prácticamente imposible que obtengan la experiencia necesaria para conseguirlo. Nuestro sistema actual nos muestra que:

- a) Hoy en día no existe ningún mecanismo formal para que el legislador
que fue electo en un distrito específico rinda cuentas a la ciudadanía que votó por él.
b) En el caso de los diputados que llegaron a su cargo por distribución proporcional tampoco existe la posibilidad de la rendición de cuentas, pues en realidad alcanzaron el escaño debido a que el líder del partido en cuestión los colocó en algún lugar de la lista plurinominal que les acabó favoreciendo.

- Requerimos reducir o desaparecer los diputados de representación proporcional, a la vez que se incrementen los escaños de mayoría relativa con el afán de no perder representatividad. Pero la razón más importante para impulsar la reelección consecutiva de los legisladores es la de contar con un mecanismo de rendición de cuentas hacia la sociedad.

- En estricto sentido la reelección inmediata es un mecanismo transparente, auténtico, legítimo en las urnas y democrático, común en latitudes desarrolladas y con mentalidad de apertura política.
Gracias a esta herramienta la ciudadanía podría responsabilizarse de seguir apoyando o no a tal o cual legislador en función de los resultados mostrados y demostrados. Esta reforma traería beneficios incalculables al resto del sistema, como por ejemplo liberalizar la toma de decisiones de la cúpula del partido o del supuesto liderazgo de la fracción parlamentaria correspondiente y del diputado en concreto.

- Si los diputados ya no deben su puesto al jefe de partido, a su gobernador o a su líder de fracción, sólo se deberán a la ciudadanía que votó por ellos, y esto puede ser suficiente incentivo para llegar a acuerdos que, a su vez, logren las reformas estructurales tan necesarias para generar la capacidad de crecimiento que el país requiere.

- De este modo, si por alguna extraña razón, un día de estos se le presenta inesperadamente el llamado “genio de la política” ya sabría qué reforma solicitarle: la reelección inmediata de los legisladores.

-

*El autor es director del área de Entorno Político y Social del IPADE.

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