La apertura comercial ha consolidado el establecimiento de boutiques internacionales en esta avenida. Aun cuando existe un sobreprecio en los productos de 15%, los clientes no faltan. Pese a que las rentas están por las nubes, las firmas siguen llegando. Resulta difícil cuantificar los millones de dólares que se mueven en los 1,000 metros que ocupan la parte más exclusiva, desde Moliere hasta Newton. La discreción, después de todo, es parte del negocio. Las tiendas no sólo están ahí por presencia y prestigio sino porque es un buen negocio. No tiene el volumen de Nueva York o el crecimiento de China, pero los dueños dicen que no “se pueden quejar”; cada año, particularmente en la temporada decembrina cuando preponderan los regalos “corporativos”, se rompen las metas marcadas.
- Esta avenida no conoce la recesión: Su futuro brilla. Las tendencias lo constatan: El crecimiento mundial en la demanda de bienes de super lujo se mantiene constante, se estima que en 2004 este mercado creció entre 10% y 15%, muy por arriba del 4.4% estimado para el PIB.