“Estoy hasta que el señor presidente lo quiera… pero creo que ya he -servido al país”. Horas después de que Jaime Parada Ávila dijera esto a Expansión, -el pasado 6 de septiembre, presentó su renuncia como director del Consejo -Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Empresas y centros de -investigación de las universidades privadas quedaron en shock con la -noticia.
- ¿A qué se debió la súbita renuncia? La respuesta es compleja. Con un -presupuesto de 0.35% del PIB para ciencia y tecnología (frente a 1.29% que -emplea China o 3% de Corea), la manta resulta corta para todos los -investigadores.
- La Academia Mexicana de Ciencias (AMC) decidió pelear para no morir de -frío, su presidente, Octavio Paredes López, sugirió que Conacyt favorecía a -las empresas en demérito de la investigación básica y de los 1,500 doctores y -3,000 maestros en ciencias que egresan anualmente de las universidades.
- La AMC “pretendía un laboratorio para cada investigador”, señala una -fuente cercana a Parada.
- En cambio, la postura del ex director del Conacyt era apoyar proyectos -rentables para la sociedad al “transformar el conocimiento científico y -tecnológico en propósitos comerciales”.
- Esta política puso en pie de guerra a científicos de la UNAM y la UAM. Dos -días después de la renuncia de Parada, Gustavo Chapela Castañares, ex rector -de la UAM, se hizo cargo del Conacyt.
- A diferencia de Parada –quien se desarrolló en empresas como Cydsa, -Cidermex y Vitro–, Chapela viene del mundo académico. Apenas asumió -prometió “buscar mejores formas de atender a los jóvenes investigadores”.
- Según el nuevo proyecto de presupuesto, se destinará a ciencia y -tecnología sólo 0.33% del PIB, menos de lo que recibía Parada.