Después de unas elecciones emproblemadas, Pablo Gómez fue designado líder del PRD por 100 días. Será un tiempo de definiciones, de la manera en que se elegirá el nuevo dirigente y , probablemente, al candidato presidencial.
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¿Qué lección le deja al PRD la anulación de las elecciones para renovar su dirigencia?
El PRD se confió, creyó que no iba a haber ningún problema, pero tuvimos defectos de organización. Aquí en esto pudimos sacar 100. Si le hacemos caso a la Comisión Nacional de Garantías sacamos 78, y vamos al examen extraordinario.
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Cuando asumió su cargo dijo que no había divisiones, pero a los días arreció la controversia entre Muñoz Ledo y Cárdenas.
Es el prólogo de una lucha preelectoral interna. No existe en el partido división entre los partidarios de uno y otro. El PRD es el partido que ha estado más unido en el Congreso, que es donde se ven las posiciones de los partidos.
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¿Se consideran enemistados con la iniciativa privada?
No, en lo absoluto, creo que algunos líderes –no sé que tan auténticos sean– cada vez que pueden nos atacan, nos ven como demonios. Siempre que nos convocan a un diálogo, vamos. Cuando nosotros los convocamos a un diálogo no van, porque dicen que se partidiza la cosa.
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¿Cómo afectó al PRD la revelación del encuentro de Salinas y Cárdenas en el 88?
De ninguna manera; todo mundo tiene claro qué fue lo que hicimos en 88, además no hubo un entendimiento con el grupo de Salinas. Lo que nosotros planteábamos era que se abrieran los paquetes electorales y lo planteamos hasta el día en que se quemaron.
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¿Trajo algún beneficio al país que el PRD saliera de las negociaciones del Fobaproa?
No era un problema de beneficio para el país, sino de que si yo presento una propuesta en una mesa de negociación y mis interlocutores dicen que no aceptan nada, ni una coma, entonces uno se pregunta “qué diablos es lo que hago aquí”. No era cosa de detalles, sino de saber quién absorbería el costo.
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El PRD ha criticado el modelo económico, ¿debe hacerse borrón y cuenta nueva?
No hay borrones y cuentas nuevas. Lo que hay que hacer es reformar las ramas económicas. En México no hay política industrial, porque hay la idea de que el mercado se encarga de todo. No hay todavía una forma, en un país como México, en la que el Estado renuncie a sus responsabilidades sociales.
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¿Cuándo van a designar a su candidato presidencial?
No lo hemos decidido todavía, pero puede ser en octubre o noviembre. Tampoco sabemos si vamos a ir a una convergencia opositora o a una un poco más limitada.