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El virus de la corrupción

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mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

¿Por qué empezó la crisis financiera mundial que hoy padecemos? Tanto en -Asia como en Rusia un análisis más detallado revela un factor común detrás -del desplome de los mercados de valores, de la caída de las monedas locales y -de la postración económica: la corrupción. Ni en Rusia, ni en Japón, ni en -Malasia, ni en Indonesia fracasó el sistema de libre mercado. Nunca existió -plenamente: tras la fachada reformista estaba el viejo y conocido “arreglo” -entre grupos económicamente poderosos (verdaderas mafias) y los gobiernos.

- Las lecciones de la crisis rusa, por ejemplo, son estremecedoras.

- Hace algunas semanas, Boris Yeltsin decidió mandar a su casa al primer -ministro reformista Kiriyenko. Según los conocedores de la vida política de -Rusia, el error que le costó el puesto a Kiriyenko fue amenazar los intereses -de la oligarquía que se había beneficiado de unas privatizaciones hechas a -toda velocidad y que, parapetada tras el “nacionalismo” que impedía -participar a inversionistas extranjeros en la venta de las antiguas empresas -estatales, se quedó con bancos y compañías petroleras que garantizan a sus -dueños cuantiosos ingresos. Kiriyenko deseaba aprobar un paquete de reformas -económicas que incluían declarar la bancarrota de varias de estas empresas, -las que después serían vendidas a otros inversionistas rusos y extranjeros en -un proceso abierto y transparente. Fue ingenuo. No contaba con que uno de los -principales asesores presidenciales, Boris Berezosky, es propietario de una -inmensa fortuna y de…varias de esas empresas. Berezosky no es un moderno -empresario partidario del libre mercado. Es, como muchos otros potentados rusos, -un viejo miembro de la alta burocracia comunista; pasó de la Unión Soviética -a la Rusia libre, indemne. Aprovechó su poder, influencias e información -privilegiada y se benefició de las primeras privatizaciones.

- Una de las formas más pervertidas del capitalismo (y una de las más -antiguas) es precisamente el mercantilismo en el que los gobiernos se “arreglan” -con unos cuantos grupos para “repartirse” las rentas y el mercado. Se -invocan nombres piadosos para esconder esta corrupción: “nacionalismo”, “defensa -de la soberanía”, “protección frente a los capitales externos”… -¿Quién pierde y se empobrece? La inmensa mayoría de los ciudadanos de a pie: -consumidores y contribuyentes.

- El investigador Anders Aslund ha identificado cuatro procedimientos típicos -mediante los cuales estos negociantes rusos (falsos empresarios) han logrado -gigantescas rentas gracias a sus contactos políticos:

- 1. Tener acceso privilegiado a la compra de bienes a un precio oficial -subvencionado para después venderlos al precio del mercado libre dentro o fuera -de Rusia. Por ejemplo, petróleo, gas natural y algunos metales cuyos precios -intervenidos en 1991 y 1992 estaban por debajo del 5% del valor de mercado.

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- 2. Aprovechamiento de los subsidios a importaciones esenciales: estos -subsidios se hacían aplicando tipos de cambio del rublo “controlados” o -devaluados para la compra de alimentos y otros productos considerados imprescindibles. -Las divisas subsidiadas se desviaban para la importación de -otros productos que se podían vender en Rusia a precios de mercado.

- 3. Créditos subsidiados. Cuando la hiperinflación en Rusia llegó a 2,500% -(verano de 1992), los bancos rusos obtenían dinero del Estado a tasas de -interés de entre 10 y 15% anual para prestar a empresas energéticas y -agrarias. La trampa consistía en “jinetear” el dinero durante unos seis -meses; las ganancias eran hasta de 25 veces el valor original. Astutos los -banqueros rusos, ¿no le parece?

- 4. La cuarta fuente de rentas gigantescas fue a través de los muy bajos -precios pagados por algunas privatizaciones.

- A estas formas se suman procedimientos más primitivos: el chantaje, la venta -de “protección” al estilo de la mafia, la venta de usos del suelo y de -permisos de urbanización y otras.

- ¡Qué cosas! Menos mal que suceden allá tan lejos, en Rusia.

- El autor es periodista independiente especializado en economía y finanzas, -escribe en los periódicos El Economista (DF) y Público (Guadalajara).

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