El 27 de enero, cinco altos ejecutivos de Edelman renunciaron. Ese día fue un reguero de pólvora y una sorpresa tanto para la competencia como para los clientes. ¿Qué pasó? Simplemente lo que los antropólogos llaman un choque cultural.
- El director general, Miguel Rico, junto a Jorge Acosta, Leticia Mar, Gabriela Villa y Andrea Perillo sintieron que Edelman ya no respondía a sus expectativas y que muchas libertades y propuestas personales que antes tenían y les permitían moverse con tranquilidad por las relaciones públicas, ya no eran las mismas.
- “Estamos evolucionando y cambiando la empresa y hay gente a la que no le laten esos cambios y simplemente se va. Eso sí, ha sido un golpe muy fuerte”, afirma Tim Scerba, presidente desde hace cuatro meses de la multinacional en México, y a quien le ha tocado manejar el mayor éxodo de la historia de la firma. El plan que él vino a implantar es el de “ integrarnos mucho más a la región y alinearnos al resto del mundo”.
- Justo fueron estos planes los que aceleraron el proceso de renuncia. “Scerba vino a confirmar que el estilo era dedicarle más tiempo a la corporación misma que a los clientes. Todo debe hacerse según un molde, ya no se mexicanizan los procesos”, se sincera Leticia Mar y agrega “no podemos hacernos responsables del éxito o del fracaso en toda Latinoamérica. Cada lugar tiene su personalidad”.
- Cuando se fueron los ejecutivos quedaron “semi huérfanas” las 18 principales cuentas de la firma de relaciones públicas. En este sector suele ser un clásico que el ejecutivo se vaya y que se lleve con él a las cuentas que manejaba. Eso no ha ocurrido esta vez.
- “No nos llevamos a nadie”, afirma Mar. “Hablé personalmente con cada cuenta y está todo aclarado”, confirma Tim Scerba.
- Lo cierto es que ese reguero de pólvora le trajo a los cinco ejecutivos una buena lista de propuestas de trabajo de la competencia y de otras empresas privadas. “Nuestra idea es no separarnos y formar nuestra propia empresa”, confirman.