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Elecciones 2004

El PRI ha revivido, pero el candidato más fuerte está en otro partido.
mar 20 septiembre 2011 02:55 PM

Tras la histórica derrota del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 2000, se creyó que México había entrado a la madurez democrática, y que el partido hegemónico durante 71 años había sido desterrado.

- Hoy, el resultado de las jornadas electorales del año –en las que se votaron 10 gobernadores, 1,219 presidencias municipales y 13 congresos estatales– demuestran que el PRI es la organización política mejor preparada para enfrentar la lucha por la presidencia en 2006, aunque no cuenta con el mejor candidato.

- A su vez, el mejor candidato, Andrés Manuel López Obrador, tiene al partido más débil y enfermo, y el Partido Acción Nacional (PAN) sufrirá un severo voto de castigo por haber gobernado mal y por las promesas incumplidas del presidente Vicente Fox, coinciden analistas.

- “Perdió el cordón umbilical que lo ataba a la presidencia de la República, pero se mantiene como el partido hegemónico del sistema político mexicano”, dice George Grayson, catedrático de la Universidad de William and Mary y experto en el sistema político mexicano que prepara un libro sobre López Obrador.

- “Eso comprueba que el dinosaurio no está de regreso, porque nunca se fue”, dice.

- Al cierre electoral de 2004 el PRI gobierna 56% de los municipios y 37% de la población total medida por municipio, según datos del investigador Carlo Varela, del Centro de Estudios Sociopolíticos de Banamex. De igual forma es mayoría en ambas cámaras del congreso federal y tiene el poder en 17 gubernaturas.

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- 2004: ¿Nuevo PRI?
Para los analistas el triunfador de las elecciones en 2004 fue el abstencionismo alentado, fundamentalmente, por el desgaste del foxismo y el desencanto de la sociedad hacia la clase política, lo que representa un retroceso de la democracia.

- Hubo un notable aumento de los niveles de competencia pero, al mismo tiempo se revivieron viejas trampas electorales, tales como la “operación tamal” y el “ratón loco”.

- Con ello el PRI ratificó su triunfo en varias plazas (Coahuila, Tamaulipas, Puebla) y recuperó presencia en algunas más (Tlaxcala, Ciudad Juárez, Tijuana).

- “No es una buena noticia”, dice César Cancino, director del Centro de Estudios de Política Comparada. “Hemos superado el monopolio del PRI en el poder, pero el pluralismo no necesariamente está ligado, automáticamente, con la democracia”.

- En números, el reparto del poder está atomizado. El territorio nacional es políticamente multicolor. El voto de los mexicanos está cada vez más diversificado y muestra una gran movilidad en la elección de presidentes municipales. Pero aunque el PRI ha perdido algunos espacios de poder, se mantiene como la primera fuerza política del país.

- Es un PRI “renovado”, dice Benito Nacif, director de la división de Estudios Políticos del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Se trata de una clase emergente, no del mismo corte del fallecido Víctor Cervera Pacheco, conocido por prácticas electorales sucias que le permitieron establecer un cacicazgo en su estado natal, Yucatán, al que gobernó dos veces por un total de 10 años. La nueva clase priísta en el poder, conocida como -bebesaurios, es más pragmática.

- El renacimiento del PRI es explicable por el debilitamiento del PAN, que ha tenido significativos fracasos y desgaste como partido gobernante; y por el desplome del Partido de la Revolución Democrática (PRD), de López Obrador, severamente afectado por escándalos de corrupción difundidos en video.

- La mayor lección de la temporada electoral de 2004 es que el poder político en México ha caído en manos de las camarillas, que no están conectadas con los movimientos sociales, dice Grayson. “En el pasado quedó la familia revolucionaria, para dar lugar a una nueva mafia política”.

- 2005: La guerra sucia
Si en 2004 el PRI ratificó el poder de su vieja (pero bien aceitada) maquinaria electoral, el año que está por comenzar va a experimentar un aumento en la temperatura política y más golpes bajos.

- Dos aspectos fundamentales van a dominar el panorama: la lucha por el desafuero de López Obrador y las elección para gobernador en el Estado de México, el 3 de julio, que se considera el termómetro más preciso de lo que ocurrirá en 2006.

- “Las campañas negativas entre los candidatos serán el PAN de cada día”, asegura Nacif. No sería sorprendente que emerjan nuevas herramientas de ataque sorpresivo al adversario político, como los videos de corrupción que han dañado a López Obrador. “De eso se trata la lucha por el poder. Esto nos ayudará a evaluar mejor a nuestra clase gobernante y a reconocer que nuestros políticos no son unas blancas palomitas”.

- El primer semestre será muy difícil para la convivencia política. En ese periodo quedará resuelto el destino político de López Obrador y los candidatos de cada partido al gobierno del Estado de México, el más poblado del país, que representa 13% del padrón electoral.

- Cuando se decida el gobernador de la entidad se podrá anticipar de manera muy precisa el comportamiento de los electores en 2006.

- “No me animo a dar un pronóstico, pero de lo que no tengo duda es que se intensificará el juego sucio”, opina el analista José Fernández Santillán, investigador del ITESM.

- En las últimas dos elecciones federales, 2000 y 2003, el PRI y el PRD han elevado su porcentaje de votación en 3 y 4 puntos porcentuales cada uno, mientras el PAN cayó de 44% en 2000 a 29% en 2003.

- Otra entidad clave es Guerrero, donde el PRI y el PRD tienen una competencia cerrada.

- “Las futuras elecciones estarán muy calientes”, añade Grayson. “Guerrero es tierra fértil para los mapaches electorales y el Estado de México es fundamental para apuntalar a Roberto Madrazo”.

- 2006: Más complicado
 A menos de dos años de la elección federal, los elementos con los que convivirá el futuro presidente ya están dados. El sucesor de Fox contará con menos de 30% de las preferencias electorales y cogobernará con un Congreso más dividido que el actual.

- Esto es sano, consideran los analistas, pues refleja que el carro completo del PRI quedó atrás. Esta nueva realidad no es entendida por los actores políticos que, lejos de cogobernar con su adversario, mantienen la filosofía de detener el curso del país y evidenciar la “incapacidad” del gobierno en turno.

- El PRI, dice Nacif, llegará a la sucesión presidencial con una fuerza territorial envidiable, pero su talón de Aquiles estará en la débil proyección de su candidato pues ni Madrazo ni sus gobernadores gozan de una buena aceptación popular.

- En realidad el grado de éxito del PRI en 2006 depende del manejo de su elección interna (en 2000 se complicó con ataques feroces entre cuatro contendientes, uno de ellos Madrazo) y de que logre mantener la unidad entre sus bases, opina Grayson.

- El PAN, complementa Cancino, tiene buena aceptación en las zonas urbanas, pero su punto débil está en los errores del foxismo. “Nadie duda que gobernar mal es garantía de derrota”, explica.

- Mientras que el PRD, un partido de tribus sectarias, ha sido severamente dañado por la forma tan torpe como ha manejado los escándalos de corrupción interna. Por ello su única posibilidad es López Obrador, de acuerdo con Grayson.

- López Obrador tiene a su favor la reciente oleada de gobiernos de izquierda moderada en Latinoamérica, que detonó el triunfo del presidente brasileño Luiz Inácio - Lula Da Silva, pero con un ejemplo más cercano en el salto del líder socialista uruguayo Tabare Vásquez, quien llegó del gobierno de la capital al de su país. El jefe de gobierno también ha moderado su discurso, como lo hizo Lula en su tiempo, ganando simpatías entre los agentes financieros, pero sobre todo consiguiendo que el ex Secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, dijera el 10 de noviembre que Estados Unidos apoyaría un gobierno de izquierda si fuese electo libre y democráticamente.

- La clave para aspirar a la Presidencia de la República, coinciden los analistas, es que el candidato tenga mucho olfato político, que esté limpio de cualquier sospecha, y sea impulsado por un movimiento que aglutine a diferentes partidos y organizaciones sociales. ¿Suena familiar? Parecería una reedición del Frente Democrático Nacional de 1988, un traje sastre hecho a la medida de López Obrador, pero es muy pronto para contar el final de esta historia. Lo importante, explica Fernández Santillán, no es saber el color del gato sino que éste se coma al ratón.

- De no llegar a este escenario el PRI recuperará el poder perdido en 2000, y el sistema político mexicano confirmará su inmadurez.

- Alto riesgo: S&P
El documento titulado México: La política desde la perspectiva de las calificaciones crediticias, elaborado por Standard & Poor’s no deja lugar a dudas: “El terreno de la política se ha vuelto más abierto y transparente. No obstante, las percepciones de corrupción y un sistema jurídico débil y sin reformas, contribuyen a una baja calidad de la gobernabilidad en México”.

- Standard & Poor’s considera que el nivel de riesgo político en México va de acuerdo con su calificación de grado de inversión bajo (BBB-), que lo ubica en el último nivel de la parte media superior de las dos grandes categorías de calificación asignadas: “grado de inversión” y “grado especulativo”.

- Bajo esta medición el nivel de riesgo político en México es más alto que el de la mayoría de las naciones que gozan de grado de inversión. Sin embargo, es menor al que normalmente se encuentra en países de grado especulativo y ligeramente inferior al nivel de riesgo promedio para los más de 100 países calificados.

- El flujo de poder en México, con menor dependencia del Poder Ejecutivo, ha resultado en cuellos de botella. La clase política se ha visto imposibilitada para lograr suficiente consenso para aprobar las reformas estructurales necesarias para el crecimiento económico del país. De hecho la carencia de las reformas mantiene a México paralizado.

- Standard & Poor’s considera “poco probable” que dichas reformas sean aprobadas antes de 2006 y advierte que las perspectivas posteriores son “inciertas” por la falta de acuerdos políticos entre las distintas fuerzas en disputa.

- “Los líderes políticos mexicanos han demostrado su habilidad para mantener la estabilidad en las políticas fiscales y monetarias”, dice el reporte. Pero “este éxito se ve contrarrestado por su incapacidad de ampliar la recaudación fiscal no petrolera (que actualmente se sitúa en alrededor de 11% del PIB), lo que representa una oportunidad perdida para fortalecer las finanzas públicas, aumentar los recursos disponibles para la inversión pública y así estimular el crecimiento económico y fortalecer su calidad crediticia”.

- Sobre los partidos, Standard & Poor’s asegura que éstos equilibran el sistema político pero una vez en el poder son sumamente pragmáticos.

- El reporte pronostica “poco probable” que México experimente la elección presidencial de 2006 con un candidato ajeno a los partidos políticos, en referencia al ex secretario de Relaciones Exteriores, Jorge Castañeda, quien se ha lanzado a contender por el poder presidencial sin partido.

- Fox, asegura, aún goza de popularidad, a pesar de su fracaso para lograr la aprobación de reformas estructurales y el magro crecimiento económico.

- El PRI, según el reporte ha logrado mantenerse unido hasta ahora, después de la turbulencia interna que enfrentó tras perder la Presidencia. Incluso, señala que la lógica de estar en la oposición lo está haciendo virar hacia la izquierda.

- En cuanto al PRD el análisis es contundente: “Un presidente del PRD podría generar mayor preocupación en los mercados, en vista su orientación izquierdista”. Y advierte que “un probable presidente del PRD sería acotado por un Congreso que seguramente estaría dominado por la oposición”, tal como le ocurrió a Fox. Ello implica el riesgo de otro sexenio de parálisis.

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