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En el pan nuestro de cada día

Además de producir pectina, la filial de la empresa danesa distribuye en México saborizantes, text
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Es muy posible que detrás de la suave miga de un pan, del sabor de un refresco, de la consistencia de una mermelada o del cuerpo de un yogur, esté Danisco. Y aunque diariamente millones de mexicanos consumen alimentos con algún ingrediente elaborado por esa empresa, la gran mayoría lo ignora.

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La presencia de la firma en México se remonta a 1982, cuando este grupo danés le compró a Manuel Morán una pequeña planta de pectina cítrica que seis años antes había fundado en Tecomán, Colima. Al inyectarle el consorcio capital, tecnología y su fuerza de distribución internacional, el negocio despegó hasta convertirse en el segundo productor más grande del mundo de esa sustancia, un texturizador que se utiliza para  fabricar mermeladas, jaleas y yogur, además de servir como agente natural de fibra digestiva para productos panificados.

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De las 3,000 toneladas de pectina que se producen cada año en Tecomán, 95% se exporta a Norteamérica, Sudamérica, Europa, Asia y Oceanía. Ubicada en forma estratégica en la principal región productora de limón del país, la fábrica opera buena parte del año con materia prima fresca. Los meses restantes trabaja con cáscaras de cítricos deshidratadas que le abastecen sus plantas de Apatzingán, Michoacán, y Álamo, Veracruz, así como tres deshidratadoras que ayudó a instalar a los productores de limón de Oaxaca.

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Sin embargo, la organización no sólo es un negocio de pectina. A partir de 1985, también tiene la responsabilidad de comercializar en el mercado interno, Centroamérica y el Caribe toda la gama de ingredientes que la corporación nórdica desarrolla y produce para la industria de alimentos. El portafolios incluye emulsificantes, estabilizantes, saborizantes, texturizantes y edulcorantes. Según Guillermo Mendoza Tarré, director general de la filial mexicana, se trata de una venta muy tecnificada, en la que se ofrece a los clientes una solución completa. “Tenemos capacidad para desarrollar un helado bajo en grasa y en azúcares, con saborizantes de varios tipos, y con diferentes condiciones de cremosidad y de textura”, ejemplifica.

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Con el fin de brindar un  servicio tan especializado, la compañía cuenta con el que se considera el laboratorio de aplicación de panificación mejor equipado de Latinoamérica. También tiene uno de lácteos y está montando otro para la creación de sabores.

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Como proveedor de importantes fabricantes del sector alimenticio nacional (entre ellos Bimbo), Mendoza estima que las ventas de la subsidiaria están dentro de las 10 primeras de Danisco. Con operaciones en 38 países y más de 8,000 empleados, el grupo danés reportó ingresos por $2,000 millones de dólares durante el ejercicio 2001-2002.

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