Son muchos los lectores compulsivos que se van de compras por las librerías de la Red en estos días. La favorita es Amazon.com, una moderna Biblioteca de Alejandría donde es posible consultar el que quizá sea el inventario de libros en venta más grande del planeta… Para morirse de la impresión ¿no? Sobre todo cuando se anda en busca de libros especializados. Basta teclear una palabra –vampiros, dragones, horror, gótico, policiaco, o lo que sea– para que la pantalla despliegue una lista que hace agua la boca.
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Pero además del surtido –y a pesar de que el comprador mexicano debe resignarse a esperar hasta cinco semanas para que su tesoro llegue a puerto, gracias a la ineficiencia del correo nacional–, las motivaciones para comprar libros en línea son muchas. De acuerdo con una encuesta realizada por Greenfield Online, 55% de los clientes asegura que utiliza este medio de compra en vista de que los precios de los volúmenes son más baratos, mientras que 51% señala que este es el único canal para localizar títulos “que no encuentran en otra parte”.
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Estos argumentos, totalmente ciertos, están haciendo que los contingentes de clientes en línea crezcan cada año, lo que hace pensar que quizá comienza un cambio –que difícilmente se sabe a dónde conducirá– en la comercialización de libros en el planeta.
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