En la imagen total no hay que dar paso sin huarache. Los zapatos indican el buen gusto del portador más que cualquier otro accesorio. En la temporada de otoño, el calzado tiene puntas ligeramente cuadradas. Predomina la gama café-tabaco y uvas oscuros. Los diseños italianos y españoles proponen costuras artesanales y puntadas grandes; las suelas siguen siendo más bien anchas y reaparece el clásico bostoniano, con un giro más moderno.
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En cuanto al fin de semana hay propuestas sesenteras, modelos que parecen diseñados para ir a un torneo de boliche y sandalias de punta cerrada, que son bastante cómodas.
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Como siempre, la regla de oro es no contrastar el color del calzado con el del pantalón, usando calcetines neutros en el mismo tono. Sin embargo, hasta el árbitro de la elegancia que es Armani se atreve a quebrar esa norma y ya son reglamentarios sus calcetines blancos para separar un traje negro y unos finísimos zapatos de igual matiz…. ¡Anímese, si quiere romper esquemas!
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