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Exportar no es fácil

Además de su orientación exportadora, la estrategia de la empresa alemana es una administración d
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Cuando alguien se sienta a escribir en una máquina mecánica en alguna parte del mundo, existen buenas posibilidades de que se trate de una Olympia SG-3, la máquina de escribir más popular de la actualidad, de la que se han fabricado en México más de seis millones de unidades y que desde Los Reyes- La Paz se exporta a 115 países. Este es el orgullo de Harald Vellnagel Felsch, director general de Olympia de México, una empresa de capital alemán que desde 1967 ocupa 60,000 metros cuadrados en ese municipio mexiquense, situado al oriente de la ciudad de México.

- Con una gama de productos nacionales e importados, incluyendo faxes, calculadoras de escritorio y varios modelos de máquinas de escribir mecánicas y electrónicas, Olympia no parece haber sido golpeada con severidad por la crisis económica y continúa con sus planes de ventas y exportación.

- "Esto no quiere decir que no tengamos problemas -explica Vellnagel-, porque hemos resentido los de nuestros proveedores. Algunos de ellos están endeudados o tuvieron problemas de abastecimiento, y en ciertos momentos dejaron de surtirnos las piezas y componentes, forzándonos a importarlos".

- Para remediar esta problemática, el empresario ha debido salir al rescate de algunos fabricantes y hasta se ha dado el caso de compartir las divisas provenientes de sus exportaciones para ayudarles a sortear el trance. A fin de cuentas, la empresa no puede permitirse el lujo de detener una producción comprometida y esperada en diferentes plazas de Estados Unidos, Europa y el Medio Oriente. En la actualidad Olympia exporta 60% de su producción, pero el empresario declinó informar sobre el valor de estas ventas.

- La conducta solidaria con sus proveedores no es nueva, según señala Vellnagel. "Hemos hecho un gran esfuerzo por desarrollar fabricantes estables, cumplidos y moderados en sus pretensiones, y a cambio les ofrecemos la seguridad de contar con una demanda permanente para sus productos porque nuestra producción está a salvo de las contingencias del mercado interno. De todos modos estamos atentos al aumento de los precios, porque los proveedores querrán repercutirlos a sus productos y esos aumentos pueden sacarnos de los mercados."

- El costo de la burocracia
No es este el único desafío de Olympia. Vellnagel piensa que las autoridades mexicanas podrían ayudar a las empresas exportadoras si les permitieran recuperar en forma expedita el importe del Impuesto al Valor Agregado (IVA), o mejor aún, si les fuera posible compensarlo con otros impuestos. También llama la atención sobre la compleja burocracia aduanera, la falta de contenedores vacíos y el costo de los fletes. "Nos asombra que transportar la carga hasta el puerto resulte tanto o más caro que la travesía marítima y la entrega en destino, lo que en definitiva repercute en el costo final y la competitividad en los mercados externos. A pesar de la devaluación, no hay que creer que quienes exportamos estamos en la gloria."

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- Cuando se le interroga sobre el auge que tiene en México y otros países el uso de computadoras personales y el opacamiento de la máquina de escribir tradicional, Vellnagel señala que ese desplazamiento es relativamente pequeño, que en buena parte del mundo persiste una gran demanda por las maquinas de escribir y que este equipo tiene todavía un excelente futuro: "Las máquinas de escribir se utilizan masivamente en las oficinas y los hogares, y seguirán siendo necesarias para una gran cantidad de tareas, como el llenado de formatos y cupones, donde la computadora tienen muchas limitaciones". Cita un estudio de mercado que revela que 75% de las computadoras personales se utilizan básicamente como procesadores de palabras, lo que significa una extrema subutilización y una inversión innecesaria. Apunta que para llenar esas necesidades, Olympia ofrece máquinas electrónicas y procesadores de palabras con memoria, diferentes tipos de letras, teclado similar al de las computadoras, monitores y automatismos.

- Orgulloso de no haber despedido a ningún trabajador, Vellnagel se manifiesta optimista a pesar del sombrío panorama económico y explica que aun en las épocas de mayor bonanza, Olympia es administrada como si viviera en una situación de crisis. "Esto nos permite ser siempre muy eficientes, competitivos y asegurarnos la confianza a largo plazo de nuestros clientes en México, y en el mundo."

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