FMI. De errores y aprendizajes
Para muchos la ciudad de Washington, y en particular la reunión de otoño del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, se convirtieron en el foro perfecto para que el gobierno de Ernesto Zedillo "camuflajeara" su visita de agradecimiento a William Clinton sin generar nuevas oleadas de inconformidad entre aquellos congresistas que votaron antes por el "no" al apoyo a México.
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Para el presidente estadounidense, la asamblea de los gemelos de Bretton Woods fue la oportunidad ideal para explicar ante los ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales de más de 190 países "por qué Estados Unidos no podía dejar desprotegido a su socio y amigo".
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México: con el pie izquierdo. México no la ha pasado bien durante las últimas dos reuniones del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
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Hace un año, en España, fue el ejemplo de lo que un país debía hacer si buscaba el desarrollo sólido y el pase inmediato al primer mundo. En abril, y nuevamente en octubre, en Washington, México volvió a convertirse en el ejemplo, pero esta vez de lo que nadie debía hacer. Ironías.
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Mal y de malas, el inicio de la reunión del Fondo y el BM empató con la primera gira formal realizada por Ernesto Zedillo a su homólogo William Clinton después de la devaluación; sin embargo, algo más coincidió: el sismo más intenso que ha vivido México desde el terremoto de 1985. Colmo de males.
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Por si esto resultaba poco, los políticos y los mercados también quisieron aportar su granito de arena. Manuel Camacho Solís y el secretario de Gobernación, Emilio Chuayfett Chemor, se enviaban misivas a través de los diarios, en tanto que el tipo de cambio alcanzaba niveles cercanos a $7 nuevos pesos por dólar, la bolsa iba en picada y las tasas de interés descansaban sobre las nubes.
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Confiar: el error de diciembre. México aprovechó el foro del FMI y el BM para ofrecer una versión más reposada y, más o menos objetiva, sobre el "error de diciembre" y las debilidades del gobierno en su momento.
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Guillermo Ortiz Martínez, secretario de Hacienda, dejó sentado que la clave del problema consistió en creer que tras el estallido social de Chiapas y el asesinato de Colosio todo regresaría a la normalidad y los capitales volverían a fluir hacia el país. Sugirió que éste habría sido un buen momento para realizar el ajuste (cambiario).
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El error. Para Ortiz el error cometido en México fue atender a severas conmociones de carácter político partiendo de la premisa de que tras los problemas regresarían las entradas de capital y el ajuste podría realizarse más adelante.
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Aprendizaje. La lección para México, refirió Ortiz, es que ninguna economía puede financiarse preponderantemente con capitales externos, menos aún de corto plazo, porque crece la vulnerabilidad de dicho mercado.
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Evitar nuevas crisis. "Si uno depende fundamentalmente de la entrada de capitales foráneos de corto plazo uno debe ser muy virtuoso como país, portarse muy bien, ser impecable, dar mucha información a los mercados y explicarla con detalle y rezar para que no existan conmociones externas, ya que los capitales reaccionan muy rápido", refirió el secretario de Hacienda.
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Luego planteó que en México la crisis exigió reducir la dependencia del capital foráneo, pero más aún el fortalecimiento del ahorro interno, para la cual se trabaja ya en una intensa reforma al Sistema de Ahorro para el Retiro.
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Gran Jefe. Mientras en México todo fue despliegue y ruido en los medios de comunicación sobre la visita de Ernesto Zedillo a los Estados Unidos, la gira del presidente mexicano apenas mereció unos cuantos párrafos en -The Washington Post, The New York Times y USA Today, entre otras publicaciones.
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Sin embargo, para los presentes en la reunión del FMI y el BM el discurso del presidente William Clinton fue definitivo: el más grande espaldarazo que podría haber recibido Ernesto Zedillo en un momento de debilidad económica y política.
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"Apenas meses después de la crisis, el ajuste económico instrumentado por México le evitó que los 90 se convirtieran en otra década perdida", dijo Clinton ante los 179 países miembros del FMI y el Banco Mundial.
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Hablar bien de México y, sobre todo, conseguir que la recuperación del país sea real también traerá pérdidas o dividendos para Clinton, quien apostó -incluso contra su Congreso- que México se recuperaría, por lo que era indispensable apoyarle con 20,000 millones de dólares. Pero luego debió reconocer que el severo ajuste exigido por el propio FMI y el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos -"se tradujo en grandes sacrificios para el pueblo mexicano, como austeridad y desempleo crecientes".
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Para dar respuesta a todos aquellos países que siguen cuestionando el paquete de apoyos a México, aseguró que éstos buscaban dar soporte a los mexicanos, pero también, evitar problemas de contagio para su nación.
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Reconoció que los países en desarrollo que han instrumentado políticas de libre mercado tienen razón al exigir beneficios tangibles de su decisión por votar a favor del neoliberalismo. En este sentido, exhortó a todos los países miembros del FMI y del BM a promover sistemas políticos democráticos, y en materia económica, a expandir el comercio, incrementar la inversión y promover el desarrollo.
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"Fue justamente gracias a la existencia del TLC que a México le tomó unos cuantos meses salir de la crisis y regresar a los mercados internacionales de capital en poco tiempo y no al paso de muchos años, como sucedió cuando la crisis de 82".
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La versión final. Después de nueve días ininterrumpidos de trabajo, la asamblea del FMI y el Banco Mundial concluyó el jueves 12 de octubre con un comentario de Michel Camdessus, director-gerente del FMI, que parecía decir entretelones: más vale prevenir que lamentar: - "El Fondo Monetario Internacional (FMI) se involucrará en el diseño de los criterios de política económica que aplique México para 1996, con objeto de evitar nuevos riesgos financieros o inconsistencias con los lineamientos del organismo".
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Camdessus no estará personalmente en México, pero habrá un equipo de especialistas del FMI para dialogar y discutir sobre lo que habrán de ser las metas de finanzas públicas.
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El Director-Gerente del FMI apuntó que México fue un ejemplo brillante hasta la dramática crisis que vivió, no por negligencia del FMI, sino porque la información no llegaba a tiempo. Señaló después que en México, y en el resto de los países de América Latina, existe una "calamidad -constitucional": el tiempo que transcurre entre el inicio de la campaña de un candidato presidencial y su toma de protesta es muy largo.
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Así, entre calamidades constitucionales y "progresos extraordinarios" del ajuste estructural en México, la reunión del FMI y el Banco Mundial concluyó una vez más, previniendo sobre nuevas crisis como la que afrontó el país que confió en los capitales de corto plazo.