Si hubo alguien que, sin querer, sacó provecho del escándalo protagonizado por los mandatarios de México y Cuba fue la firma de ropa Furor.
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A decir de su gerente comercial de Boutiques, Ángel Centeno, las ventas de la colección Habana Furor repuntaron a partir del affair Fox-Castro. "El promedio de venta de prendas de la línea [al mes] era de 20,000 piezas, y desde que se presentó esta situación los pedidos se incrementaron hasta 15%", señala el ejecutivo.
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Rey Olmedo, director general de la empresa, asegura que Habana Furor se gestó desde la segunda mitad de 2001, siendo un concepto ajeno al momento político. “Se invirtieron $400,000 dólares y, para el lanzamiento de la línea, intervinieron más de 100 personas, entre creativos, modelos y técnicos.” La campaña, abunda, se encuentra en su etapa de madurez con promocionales en medios y el patrocinio de programas como Big Brother y en MTV.