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Genes de banquero

El nieto del fundador de Bancomer vuelve al negocio de la familia ofreciendo créditos para PYMES.
mar 20 septiembre 2011 02:55 PM

Era el 1° de septiembre de 1982. Ese día, José López Portillo, entonces presidente de la República, utilizó la cadena nacional de televisión para dar un mensaje a la población. “Ya nos saquearon. México no se ha acabado. No nos volverán a saquear”. Y con esas palabras, el ex mandatario anunció a los mexicanos su decisión de nacionalizar los bancos.

- En su residencia de San Ángel, don Manuel Espinosa Yglesias escuchó esta noticia rodeado de su familia. “Cuando oí estas palabras (…) no tuve reacción alguna. No sentí nada. Por algunos momentos se hizo un vacío en mi mente y no pude pensar. Ni siquiera pensé que Bancomer, el trabajo de toda mi vida, me estaba siendo arrebatado”. Así recuerda el banquero poblano, fundador de Banca Múltiple Bancomer, aquel histórico día en su libro Bancomer, logro y destrucción de un ideal.

- Aunque Espinosa Yglesias fue uno de los empresarios más influyentes del siglo XX en México, no pudo regresar al sector financiero cuando se privatizó la banca a principios de los 90. Guillermo Ortiz Martínez, actual gobernador del Banco de México, fue quien le negó la posibilidad de comprar el banco que él fundó, denunció entonces el empresario poblano.

- Casi trece años después de esta negativa, el nieto del creador de Bancomer, Manuel Alonso Espinosa, reinstala el apellido en el negocio del crédito y lo hace a través de una sociedad financiera de objeto limitado (Sofol), llamada Financiera Mercurio.

- Financiera Mercurio es la Sofol más joven del sistema financiero, al haber sido autorizada a fines del año pasado para otorgar préstamos a micros y pequeñas empresas. La nostalgia de la grandeza de Bancomer está presente en cada detalle: Mercurio es el dios del comercio y el banco del abuelo de Manuel Alonso Espinosa era el Banco de Comercio; además, el emblema de la Sofol tiene los mismos tonos verde-amarillo que tuvo en el pasado el ahora banco español.

- ¿Vuelven las familias mexicanas a tomar posición en el mercado financiero de México? Para Alonso Espinosa, la estrategia es menos rimbombante que eso y, tal vez, más contundente. “Lo de recuperar el poder es un tema bizantino”, dice. “Concretamente: somos una nueva opción para promover el desarrollo de México. Nos interesa el crecimiento del país”, afirma desde sus oficinas corporativas en Puebla, ciudad en la que también se gestó el proyecto original de Bancomer.

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- Con un largo desempeño en el sector de la construcción y un padre que también se dedicó a la banca como ejecutivo de Bancomer, Alonso Espinosa reconoce haberse “enamorado” del negocio financiero “ya de grande”. 

- Un gran negocio
Financiera Mercurio se lanzó a participar en un mercado prácticamente inexplorado, con un capital inicial de $32.2 millones de pesos. La cartera de crédito en México en relación al PIB es de sólo 25%. “Para alcanzar los niveles de otros países en su misma etapa de desarrollo tendrá que crecer más de tres veces en el futuro”, señala Carlos Martínez Tovilla, director de la financiera y socio de Alonso Espinosa. El tercer socio en esta aventura es la empresa Grejo, una compañía de la Ciudad de México que se dedica a realizar inversiones en los sectores de servicios y turismo en general.
En ese proceso, las Sofoles saben que los bancos no representarán su principal competencia. “Si bien están otorgando créditos a las pequeñas y medianas empresas, no responden a sus necesidades y plazos. Utilizan esquemas de créditos empaquetados y parametrizados”, analiza Martínez Tovilla. En los 12 años que la banca lleva operando en el país, los créditos a PYMES apenas si alcanzaron a ser 15% de la cartera total comercial.

- Mercurio quiere aprovechar ese terreno vacante. Se propone asistir a empresas de los ramos industrial, comercio y servicios que facturen un mínimo de $5 millones de pesos. Llegará con propuestas especializadas que incluyen servicio de asesoría para proyectos de inversión. “Ésta es la mayor necesidad que presentan las PYMES, por encima de las garantías y las tasas de crédito blandas”, dice Martínez Tovilla. De hecho, “no es tanto el costo final del crédito lo que nos diferencia de los bancos –reconoce Alonso Espinosa– sino la rapidez con que podemos dar respuestas y el involucramiento que tenemos con el proyecto del cliente”.

- La mayor capacidad de reacción que muestra el modelo Sofol frente al que tiene la banca comercial globalizada es producto de sus estructuras reducidas, altamente calificadas, que les permite tener costos de operación más bajos. En consecuencia, “enfrentamos menores periodos de recuperación de la inversión y mayores tasas internas de retorno que otras instituciones cuya operación les impone grandes inversiones en promoción y marketing”, apunta Martínez.

- Riesgos y oportunidades
De las 41 sofoles autorizadas, sólo seis se dedican a micro empresas y PYMES, cuyos activos representan 1% del total que maneja el sector. La competencia inmediata que enfrentará Mercurio dentro del segmento, aún es baja, a diferencia de lo que ocurre en el de Sofoles hipotecarias o automotrices. Tiene un único jugador líder, Financiera Compartamos, con cuatro años en el mercado y origen de 90% de los créditos otorgados. Otras tres –Financiera Associates, Prime Capital y Ficen– suman en conjunto sólo 1,000 créditos. A su vez, la Sofol Hir Pyme apenas arrancó operaciones a mediados del año pasado.

- A juicio del analista Miguel Ángel Aguayo, de Ixe Group, dado el bajo volumen operativo que todavía manejan las Sofoles para PYMES, “en lo inmediato resultan más riesgosas” que las Sofoles de otro rubros. “Sin embargo, a largo plazo es más seguro que una micro o PYME llegue a devolver un préstamo, que un individuo”, dice. “Cuando consoliden cartera serán de las menos riesgosas, porque además apuntan a estándares muy altos de recuperación de cartera”. De hecho, en el tercer trimestre del año pasado el índice de morosidad de las Sofoles para PYMES bajó 2.3%, mientras que el de las hipotecarias creció 4%.

- Como parte de las medidas de cobertura, Mercurio implementó una política de tasas de interés diferenciadas por nivel de riesgo, así como el requisito de tomar garantías colaterales. “Esto es como una alternativa de pago, en caso de que los flujos del proyecto fueran insuficientes para cubrir el crédito en sus condiciones normales”, explica el director de la compañía.

- Para fines de 2005, la Sofol poblana espera haber entregado $100 millones de pesos en créditos. A menos de seis meses de su constitución se aseguró el fondeo de $25 millones de pesos de Nacional Financiera y de otros $20 millones provenientes del Fideicomiso del Fomento Minero (FIFOMI). Tienen gestiones iniciadas con Bancomext y FIRA.

- Su mercado regional se definió también en función de hacer una diferencia respecto de la competencia. “Mercurio es la primera Sofol de PYMES ubicada en una entidad de la región sur-sureste”, señala Alonso Espinosa. Desde Puebla llegará con sus servicios a Tlaxcala, Veracruz, Estado de México, Hidalgo y Distrito Federal. En la región que conforman estos Estados se concentra 38% de los establecimientos productivos y 17% de la Inversión Extranjera Directa (excluyendo al DF).

- Buenas proyecciones
La rentabilidad sobre activos (ROA) de las Sofoles de PYMES es relativamente baja todavía. El promedio de las cinco que están en el negocio es de 0.89% frente a 1.40% de las hipotecarias, que atraviesan una etapa de mayor madurez. Para la gente de Mercurio, el futuro de las que decidieron financiar a las empresas más pequeñas va por el mismo camino del afianzamiento. “Los proyectos PYME resultan menos familiares a los inversionistas internacionales que adquieren bancos locales”, señala Martínez Tovilla. “Vemos una oportunidad real de que las Sofoles llenen un espacio importante en el mercado, como ya sucedió con las hipotecarias y automotrices”. Éstas han llegado a acumular una cartera equivalente a 15% de la desarrollada por la banca comercial en toda su historia. “Esperamos ver un movimiento similar en nuestro sector”, confía Alonso Espinosa. Para potenciar la captación de mercado, Mercurio hará alianzas con entidades que complementen los servicios que ofrece (casas de cambio, arrendadoras, factorajes, administradoras de fondos y aseguradoras).

- Durante el primer año de operaciones, Mercurio buscará generar una cartera sana y de una magnitud que les permita cubrir los gastos de operación del segundo año. “A partir de entonces, la rentabilidad que esperan los socios es superior a alternativas como las inversiones tradicionales e, incluso, superior al promedio de la rentabilidad de instituciones bancarias”, afirma el director de la compañía.

- Para referencia, Compartamos tiene una rentabilidad sobre activos de 16.8% y sobre capital de 43.5%. El desafío les impondrá un muy ajustado manejo de gastos administrativos a la par que un rápido crecimiento de cartera. La Sofol Pyme con mejor eficiencia operativa (gastos operativos en relación a los activos) es Prime Capital, que logró ubicar ese indicador en 6.95%.

- “Para nosotros, cada crédito que otorgamos es una responsabilidad para con los accionistas, pero también un privilegio por poder acompañar al cliente a cumplir con sus sueños”, define Alonso Espinosa. Este criterio de eficiencia operativa y cercanía con la demanda ha hecho de las boutiques financieras (Sofoles y bancos regionales) jugadores competitivos frente a los supermercados financieros (banca comercial). A punto tal que las primeras en ejercitar el modelo –las Sofoles hipotecarias– terminaron en su gran mayoría en manos de grandes bancos. “El atractivo principal de las Sofoles es su potencial de aumentar el portafolio de negocios de los grupos financieros, aportando experiencia y maduración de las carteras que actualmente no son aprovechadas por los bancos”, apunta Alejandro García, de Fitch Rating.

- Para Mercurio (y para la mayoría de las Sofoles especializadas) la carrera apenas inicia. Alonso Espinosa calcula que demandará unos cinco años el periodo de maduración del negocio. Incluso para poder entrar con su Sofol al proceso de bursatilización de cartera crediticia, que es el futuro del fondeo para el sector. En 2004 ya representó 32% de la captación de recursos. Para entonces, el heredero de la tradición de Espinosa Yglesias no descarta la conformación de un grupo financiero, “si no es que antes la ley cambia para permitir a las Sofoles participar de objetos múltiples y llegar con créditos a distintos sectores”, afirma. En cualquier caso, será “con los mismos colores de insignia que tuvo Bancomer en su fundación: el verde esperanza y el amarillo–dorado, como sinónimo de valor”, asegura Alonso Espinosa.

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