Grupo Martí <br>El deporte en tiempos d
Grupo Martí invirtió, se diversificó y creció. Pero con la recesión, congeló sus planes de inversión y su actual estrategia para mantener lo ya creado es hacer uso de sus fortalezas tradicionales, como la variedad y el servicio en sus tiendas de artículos deportivos. O lo que es lo mismo, olvidarse por el momento de los proyectos de expansión y concretarse a mantenerse en el mercado.
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Si se considera que por la adquisición de inmuebles, planta y equipo, hasta el tercer trimestre de 1995 Grupo Martí había experimentado un descenso en sus utilidades de $36.2 millones de pesos respecto del mismo periodo del año anterior, es claro que los planes de crecimiento deberán ser pospuestos.
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Las malas noticias no son en sólo estos rubros. Hasta septiembre pasado, las ventas netas de Martí sumaban $153.1 millones de pesos, 5% menos respecto del mismo lapso del año anterior. En el rubro de las utilidades de operación, la caída fue de 9%, para sumar $10.7 millones.
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Este grupo, que comprende 27 tiendas de artículos deportivos, siete centros de entretenimiento familiar (Play-Mart) y un club deportivo (Sport City), esperaba que en el último trimestre de 1995 se respetara la tradición y repuntaran las ventas.
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De acuerdo con Alejandro Martí, presidente del consorcio, durante los últimos años la empresa ha presentado una evolución favorable, en unidades, ventas y capital contable. Se trataba de la más vieja estrategia: invertir. Desde que inició sus operaciones, en la década de los 30, Martí estableció como directriz incrementar sus puntos de venta. Pero, desde 1993, la firma buscó otros nichos de mercado y así nacieron los centros de entretenimiento familiar. Un año más tarde, mediante la preventa de membresías, comenzó la operación de su primer club deportivo, en un área de 6,500 metros cuadrados.
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Invertir y diversificarse representaron, desde siempre, buenos resultados para esta compañía que, desde 1992, cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores. Esta decisión incluso le permitió que las ventas en 1994 fueran 25% superiores, en términos reales, a las de 1993, y que su utilidad de operación creciera 6%, al registrar $5.3 millones de pesos.
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No obstante, 1994 no fue un año excepcional. Con la devaluación de diciembre los pasivos bancarios de la compañía ascendieron a $17.7 millones de pesos al cierre del año. Y hasta el momento no concluye el proceso de su reestructuración.
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Tácticas para sobrevivir
-Hasta septiembre de 1995, el panorama era desolador. Sin embargo, Martí se muestra optimista: “Sabemos que existe recesión e inflación, pero con las nuevas tiendas que abrimos a finales de 1994 y con la apertura de Sport City, prevemos un incremento en ventas”.
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Sin embargo, el grupo, conformado por seis empresas, no espera pasivamente los mejores tiempos. Entre las medidas contra la recesión y las altas tasas de interés están la reducción de sus gastos mediante la baja en los inventarios y hasta la venta de bienes inmuebles. Martí busca reducir así el impacto de los enormes costos financieros derivados de la operación (hasta el tercer trimestre de 1995, eran casi siete veces más altos que los registrados durante el mismo periodo en 1994).
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Por ello se consolidó la reducción en el capital de trabajo y, a finales de septiembre de 1995, los inventarios bajaron en términos reales a 52% en comparación con el mismo mes de 1994; y los proveedores financian prácticamente 50% del inventario. Tales acciones permitieron que, hasta el cierre del tercer trimestre, existiera todavía algo de liquidez (0.41 veces el activo circulante contra el pasivo).
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Para mantener los márgenes de utilidad, Grupo Martí diseña programas comerciales basados en sus fuerzas tradicionales, como el servicio especializado, la ubicación estratégica de sus puntos de venta y la variedad en ropa y artículos deportivos. A ello se agregan mejoras en las áreas de distribución y en sus sistemas operativos y comerciales.
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El presidente del grupo menciona que, previamente, se invirtió en el desarrollo de sistemas para el manejo logístico de inventarios, los que incluyeron la administración del centro de distribución, la generación de pedidos en tiendas a proveedores y al centro de distribución y el punto de venta en tiendas.
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Sólo falta esperar que con estas acciones y un deseable incremento de operaciones, derivado de la apertura de nuevos centros, no se afecte sensiblemente el margen de utilidades de una empresa, en la que más de 95% de las ventas se efectúan al contado en tiendas de menudeo. Eso dependerá del aumento en el poder adquisitivo. Ahí puede estar su talón de Aquiles, ya que este año será otro de bolsillos vacíos.