Cuando los empresarios del grupo español NH Hoteles decidieron dar el salto a este continente, voltearon hacia México como uno de sus puntos clave de crecimiento. “Tenían poca presencia en Argentina, Chile y Brasil. Empezaron de abajo hacia arriba: descubrieron tarde que el país es el trampolín de la región y acabamos embocando en el rompecabezas de su plan global”, dice Carlos Ancira, presidente del Consejo de la firma en México, que desde antes ya destacaba como exitoso hotelero.
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El concepto es netamente europeo: pisos de madera, ambientación conservadora, trato personalizado y cultura culinaria del viejo continente. “Son cuartos que van a competir con los mejores. Mobiliario de diseño italiano, maderas de cerezo y nada de alfombras”, detalla Francisco Zínser, director general del corporativo.