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Héctor Rangel Domene: Viene el boom par

El presidente de los banqueros del país describe a la comunidad empresarial como un gigante económ
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

¿Cuáles son las tres prioridades de la agenda del sector bancario en México?
-El primer tema es seguridad, tanto jurídica como física; el segundo, la reactivación del crédito y el tercero la desregulación.

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¿Coinciden estas prioridades del sector con las del gobierno federal?
-Más bien con las de la sociedad en su conjunto y de la iniciativa privada en particular, que ha demandado al gobierno seguridad, una banca eficiente y canalizadora de crédito y un menor costo de regulación a través de simplificar y abaratar la operación de los negocios en México.

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¿Hay receptividad a esta agenda en la esfera gubernamental?
-Receptividad sí hay, pero cuesta mucho trabajo el avance en estos temas. Por ejemplo, en seguridad jurídica implica cambiar leyes y en seguridad pública transformar muchas conductas del gobierno mexicano.

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Como líder de los banqueros, ¿se siente satisfecho con lo que está haciendo el gobierno en estos aspectos de la agenda?
-No, no me siento conforme. Hay un reto enorme por delante. Se requieren más recursos, más enfoque, más constancia, más firmeza y más efectividad.

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¿Cuál es su evaluación de los primeros 14 meses de la administración que encabeza Vicente Fox?
-Hay claroscuros. En la parte macroeconómica las cosas van bien. A pesar de la desaceleración en la economía estadounidense y del cambio de gobierno en México, no tuvimos una crisis sexenal. Se ha mantenido la disciplina monetaria y fiscal y se ha continuado abatiendo la inflación. En otros temas han faltado efectividad y resultados.

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¿Cómo ha impactado a la confianza de los banqueros el proceso de transición a la democracia, que no ha sido ni rápido ni terso?
-Estamos muy optimistas sobre el futuro del país. Hay que estar conscientes de que el camino hacia la democracia es sinuoso. Lo importante es que se consoliden aspectos que le van a dar solidez a México. En la reforma fiscal hubo avances y retrocesos. Es importante replantearnos de nuevo el tema y tener la voluntad de corregir errores, de hacer acuerdos políticos. En este sentido, los cambios estructurales pendientes son muy relevantes para apuntalar el camino.

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¿La oportunidad para una verdadera reforma fiscal ya pasó?
-Creo que se puede reabrir el debate, pero el momento histórico se perdió. Es muy difícil que se conjuguen los elementos que estaban presentes: un gobierno nuevo –con un gran capital político– dispuesto a hacer una reforma que tenía elementos impopulares, una sociedad civil confiada y preparada a que se hicieran estos cambios aunque le costara, un empresariado que acogió bien la propuesta y un partido en el poder empujando la transformación. Que todo ello confluya de nueva cuenta es muy complicado.

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¿La crisis de la reforma fiscal fue la crisis de los partidos políticos o fue expresión de un gobierno de lento aprendizaje?
-Creo que tiene de ambos elementos. Es importante no anteponer los intereses partidistas al interés general, ver cómo están construidos los incentivos en el Congreso para que funcione y se llegue a acuerdos. Es algo que hay que corregir. Igualmente el gobierno confió demasiado en su popularidad, descuidó la negociación política y luego se le enredó el asunto.

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¿Cuál es la posición de los banqueros ante la obligación de entregar la información de sus clientes a las autoridades tributarias cuando éstas lo requieran?
-Yo diría que en México ya están gravadas las ganancias desde hace varios años. Lo que se persigue es combatir la evasión. Nosotros no podemos estar en desacuerdo con ello. Evidentemente hay algunas preocupaciones en torno al manejo de la información.

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Pero, ¿que piensa acerca de la no confidencialidad bancaria que puede atemorizar a los clientes?
-Ese es un tema relevante dada la inseguridad que hay en México. Hemos expresado esta inquietud al secretario de Hacienda y él está dispuesto a encontrar fórmulas que permitan una salvaguarda para que los datos se manejen de manera muy reservada. Incluso estamos explorando opciones en donde se entregue la información encriptada, de manera que haya pocas posibilidades de fuga. Por eso pedimos y logramos que esta medida no entrara en vigor sino hasta el próximo año, con la intención de tener tiempo de adecuar sistemas, encontrar fórmulas seguras y tener la certeza de no poner en riesgo a nuestros cuentahabientes.

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Héctor Aguilar Camín dice que la comunidad empresarial ha sido siempre un gigante económico con pies políticos de barro, ¿coincide con esta afirmación?
-La iniciativa privada siempre ha batallado para vincularse, participar e incluir la parte política. Por muchos años prefirió tener interlocución con el Ejecutivo pero eso ya cambió. Desde el sexenio pasado, cuando el Congreso ya no estuvo en manos del partido en el poder, la IP tuvo que cabildear, proponer y defender sus intereses ante el Legislativo. En la medida en que ahora éste tiene más relevancia y que hay un gobierno que incorpora empresarios a su estructura, hay una participación como nunca antes. Aún así, creo que la IP tendrá que involucrarse mucho más de aquí en adelante.

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Si los pies políticos de la IP ya no son de barro, ¿de qué son?
-Es un aprendizaje que se está dando rápidamente para tener... ágiles botines. - -

¿El asunto de la crisis bancaria es un asunto concluido para el gremio? ¿Deberíamos darle vuelta a la página?
-Sí. Sin embargo hay actores políticos, legisladores, que quieren seguir ondeando esa bandera para sus propósitos. Sin duda que todos los delitos hay que perseguirlos, somos los primeros en hacerlo y además los afectados patrimonialmente, porque a pesar de que se haya vendido una parte de la cartera, hay una fórmula de pérdida compartida con el IPAB en donde los fondos de la institución se ven afectados. Los primeros interesados en que se rastreen a los culpables y se logren recuperar todos los créditos somos los bancos. Pero se ha manipulado.

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Las utilidades de la banca no provienen del crédito. ¿Qué se necesita para que se encienda el motor del financiamiento?
-El año pasado ya se reanudó el ciclo crediticio al sector privado. El crédito al consumo creció 27% en términos reales, el empresarial venía aumentando 5% real hasta agosto, y donde no hemos logrado una reactivación es en el hipotecario. Todo esto llevó a que el año pasado el nuevo financiamiento bancario creciera 1% en términos reales, por primera vez después de la crisis. Para que se reanude fuertemente este flujo se requiere de mayor seguridad jurídica. Con tasas bajas y con la deducibilidad de los intereses hipotecarios creo que se aproxima una enorme posibilidad de desarrollo del sector hipotecario que no hemos tenido en los últimos 25 años.

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¿Tiene un estimado a este respecto?
-Creo que puede crecer al ritmo de 2 o 3 veces el aumento del PIB; es decir 10% real que volvería a generar los ingresos que a la banca le hacen falta por el poco impulso del crédito.

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En un par de meses dejará la presidencia de la asociación de banqueros, ¿cuál es el balance de los últimos dos años?
-Se hizo una importante transformación del sistema bancario. Se saneó por completo, se reprivatizó, se recapitalizó y hoy está fuerte, sano, bien administrado, competitivo y listo para financiar el desarrollo nacional. Desde la crisis de 95 hubo la preocupación sobre el llamado riesgo sistémico, dada la debilidad que prevalecía. Pues bien, en estos últimos dos años se le dio la vuelta a la página, sin ninguna duda.

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¿Cómo resumiría su paso por la asociación de banqueros?
-Fue un gran honor y una experiencia muy intensa.

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